Este nuevo enfoque, liderado por la empresa tecnológica CarbiCrete con sede en Montreal y desarrollado en colaboración con investigadores de la Universidad McGill, promete no solo mejorar la resistencia y durabilidad del hormigón, sino también reducir su impacto ambiental, abriendo la puerta a un futuro más sostenible en la construcción.
El proceso innovador de CarbiCrete: redefiniendo la fabricación del hormigón
El hormigón, un material muy utilizado en la construcción debido a su resistencia y bajo coste, ha sido asociado con altas emisiones de dióxido de carbono (CO2) y un consumo significativo de recursos naturales como el agua y el cemento. Sin embargo, CarbiCrete ha dado un giro de 360º a estas inconveniencias al desarrollar una tecnología patentada que permite fabricar hormigón con emisiones de CO2 negativas, es decir, que eliminan o retiran el CO2 de la atmósfera. Muchas iniciativas han tratado de mejorar el proceso de fabricación de este material con el fin de reducir el dióxido de carbono que se emite en el proceso, sin embargo, hasta ahora con la empresa tecnológica canadiense, no había sido posible.
El proceso innovador de CarbiCrete se basa en dos componentes principales:
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Este procedimiento revolucionario no solo ofrece beneficios medioambientales significativos, sino que también es económicamente viable y comparable en rendimiento al hormigón convencional. Mehrdad Mahoutian, cofundador de CarbiCrete, señala que su tecnología es más rentable, más ecológica y posee propiedades mecánicas igualmente robustas o incluso superiores a las del hormigón tradicional.
Estudios adicionales: avances en la captura de CO2 en el hormigón
El potencial de esta tecnología para transformar la industria de la construcción no se detiene ahí. Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Córdoba en España ha logrado desarrollar un hormigón aún más eficiente en la captura de CO2. Este hormigón utiliza áridos reciclados provenientes de residuos de construcción y demolición, además de agua carbonatada, para aumentar su capacidad de absorción de CO2 en un asombroso 181 por ciento en comparación con el hormigón convencional.
La investigación, llevada a cabo por los grupos de Ingeniería de la Construcción y Materiales y Aplicaciones de la Universidad de Córdoba, representa un hito en la búsqueda de soluciones sostenibles en la construcción. José María Fernández, uno de los investigadores principales, destaca que su enfoque se basa en el principio de la economía circular, donde los residuos y los gases de efecto invernadero se reintegran en el proceso de fabricación para mitigar el cambio climático.
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El proceso detrás de este hormigón innovador implica una reacción en cadena donde el CO2 se convierte en piedra dentro del material. El dióxido de carbono, capturado en el agua carbonatada, reacciona con uno de los componentes del cemento para formar carbonato cálcico, que se incorpora al hormigón, mejorando su resistencia y propiedades mecánicas.
David Suescum Morales, autor principal del estudio, resalta el impacto positivo de esta tecnología en la reducción de emisiones de CO2 y la mejora de la calidad del hormigón. Al atrapar el CO2 en el propio material, este hormigón no solo se convierte en una opción más ecológica, sino que también ofrece una solución viable y prometedora para las futuras construcciones sostenibles.
El impacto positivo en la sostenibilidad y calidad del hormigón
La investigación en materiales sostenibles para la industria de la construcción está marcando un cambio significativo hacia prácticas más ecológicas y responsables. La introducción de tecnologías como el hormigón que captura CO2, liderada por CarbiCrete y otros estudios innovadores, está redefiniendo los estándares de construcción al reducir el impacto ambiental y ofrecer soluciones viables para el futuro.
María Mateo Taracido
Graduada en Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas. Me apasiona la comunicación y, sobre todo, si esta sirve para abordar cuestiones sociales.
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