Este ensayo presenta dos líneas de argumentación para sugerir que la extensión en la adultez de procesos específicos de diferenciación fenotípica que son típicos del desarrollo temprano subyace a la evolución de la cognición. La primera de estas líneas se organiza en torno a (1) la neotenia humana (que se refiere a la retención de características juveniles en la adultez debido a la desaceleración del desarrollo durante la evolución) y su relación con la cognición, y (2) análisis comparativos de la evolución correlativa de los procesos cognitivos y de desarrollo. La segunda línea argumenta que la formación de todos los fenotipos (es decir, rígidos, plásticos y plásticos reversibles) implica procesos de interacción entre una entidad genética y su entorno que ocurren a través de diferenciaciones morfo-funcionales sucesivas, y se centra en el desarrollo de fenotipos cognitivo-conductuales a partir de procesos de diferenciación neural que ocurren durante su formación.