Esta revisión investiga el papel ampliado de la vitamina D más allá de su asociación tradicional con la salud ósea, centrándose en su influencia en trastornos relacionados con el cerebro. Destaca la participación de la vitamina D en la regulación del estrés oxidativo, la inflamación y las vías antiapoptóticas dentro del cerebro, con niveles más bajos vinculados a varias enfermedades neurológicas. La vitamina D muestra promesas en la reducción del riesgo o la progresión de condiciones neurodegenerativas a través de varios mecanismos protectores. Esta revisión añadió evidencia de estudios in vitro, in vivo y clínicos que demuestran los efectos positivos de la vitamina D en una variedad de trastornos neurológicos diferentes. En conclusión, la vitamina D surge como un potencial agente neuroprotector con una relevancia considerable para la salud humana.