Las esponjas se encuentran entre los primeros animales que evolucionaron en la Tierra. Son un grupo muy diverso de animales compuesto por miles de especies. A pesar de haber sido estudiadas y utilizadas desde la antigüedad, nunca se ha descrito el desarrollo de tumores en esponjas. Nuestro estudio ha destacado que las esponjas son capaces de tolerar una dosis muy alta de radiación (equivalente a 60,000 radiografías de tórax humanas) nunca antes observada en organismos multicelulares de larga vida (algunas especies de esponjas pueden vivir cientos o incluso miles de años) con un recambio celular somático sostenido. Durante el período de observación después de la exposición a rayos X, no observamos ningún cambio en las esponjas que sugiriera el desarrollo de tumores. Esta es la primera evidencia experimental de que las esponjas son radioresistentes, lo que sugiere que la falta de evidencia del desarrollo de tumores en esponjas puede deberse a mecanismos de prevención del cáncer. Este descubrimiento podría permitir la identificación de nuevos mecanismos de protección o reparación del ADN, así como la identificación de moléculas producidas por esponjas que podrían ser la base para el desarrollo de nuevos fármacos para proteger contra la radiación y el cáncer.