La contaminación acústica está creando una amplia gama de problemas de salud relacionados con el estrés fisiológico y la ansiedad que impactan la vida social de los vertebrados, incluidos los humanos. Se sabe que el envejecimiento está asociado con cambios en la susceptibilidad a los estímulos acústicos; sin embargo, la interacción entre los efectos del ruido y la senescencia no se comprende bien. Probamos los efectos de 24 horas de ruido blanco continuo (150 dB re 1 Pa) en adultos jóvenes y en peces cebra viejos en términos de ansiedad (prueba de buceo en tanque nuevo), interacciones sociales (con atracción por espejo/conspecífico) y comportamiento de agrupamiento. Tanto el ruido como el envejecimiento inducieron respuestas de ansiedad más altas en un entorno nuevo. Dado que los peces cebra viejos mostraron más tiempo en el fondo, el tratamiento acústico indujo el patrón opuesto con un aumento inicial en la exploración vertical en los individuos envejecidos. Tanto las respuestas de ansiedad relacionadas con el ruido como con la edad se redujeron cuando los individuos fueron evaluados dentro de un grupo. En cuanto a las interacciones sociales, tanto el ruido como el envejecimiento parecieron causar un aumento en su proximidad a un espejo. Aunque los resultados no fueron estadísticamente significativos, la exposición al ruido pareció aumentar aún más la atracción por conspecíficos. Además, la distancia interindividual dentro de un cardumen disminuyó con el tratamiento de ruido en los individuos envejecidos. Este estudio es un primer intento de investigar los efectos tanto del ruido como del envejecimiento en el comportamiento de los peces cebra, sugiriendo los mecanismos fisiológicos de afrontamiento dependientes de la edad asociados con el estrés ambiental.