La noción de desarrollo sostenible se convierte en un elemento cada vez más importante en la planificación del desarrollo económico y social. En este contexto, han aparecido nociones como: consumo sostenible, producto sostenible o empresa sostenible. La primera parte del artículo contiene la identificación de la noción de empresa sostenible y los factores determinantes que caracterizan a dicha entidad.
En la segunda parte se ha intentado evaluar si el producto en forma de sistema de gestión del consumo de energía eléctrica puede considerarse un producto sostenible. Esta evaluación se ha llevado a cabo mediante el análisis de los posibles efectos económicos, sociales y medioambientales que acompañan al uso de sistemas de gestión del consumo de energía eléctrica en los hogares.
INTRODUCCIÓN
La conversión de la economía en una economía sostenible se está convirtiendo en un reto para un número cada vez mayor de países, no sólo entre los Estados miembros de la UE. Una de las respuestas consideradas a estos retos es el concepto de economía circular. Se basa en la necesidad de transformar los modelos de producción y consumo hacia una disminución de la escala de uso del medio ambiente (Korhonen et al., 2018). El desarrollo del proceso de transformación se caracteriza por la formación de postulados relativos a las partes interesadas que participan en el mercado. Así, están surgiendo modelos de consumo sostenible (Scholl et al., 2010; Lim, 2017) y de empresa sostenible (Sharma, Ruud, 2003; Schaltegger, Wagner, 2010). Los modelos suponen, entre otros, disminuir el impacto negativo sobre el medio ambiente reduciendo la cantidad de recursos no renovables consumidos (Milligan, O´Keeffe, 2019), disminuyendo el consumo de energía (Brown, 2015), promoviendo el aumento de la cuota de fuentes de energía renovables (del Río, Gual, 2014). Estas actividades pretenden establecer un modelo de economía con una interferencia sustancialmente menor del entorno natural, pero con mantenimiento del potencial económico y competitivo. En el caso de muchas empresas, se plantea la siguiente cuestión: ¿cómo introducir la postulación de la economía sostenible en el perfil de actividad realizado?
Esta cuestión también afecta al sector de las TI. La sociedad considera que las empresas de TI tienen un impacto negativo menor en el medio ambiente. Esta opinión tiene probablemente su origen en la comparación subconsciente con el sector de la industria pesada o las empresas mineras. Al examinar esta cuestión en términos relativos, es posible concluir que las empresas de TI merecen la etiqueta de empresas sostenibles. Sin embargo, la percepción pública no es un factor determinante que resuelva indiscutiblemente la cuestión de clasificar una entidad económica en una categoría específica. Por lo tanto, se esbozan dos preguntas fundamentales de investigación:
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