El objetivo de este artículo es presentar y analizar diferencias en la interpretación de la circulación cerrada de materia en el medio natural y en la economía. La circulación de materia en la biosfera, formada durante un período muy largo de desarrollo de la vida en la Tierra, crea la impresión de un mecanismo muy estable y duradero. Es un mecanismo que, gracias al constante ingreso de energía solar, sostuvo y evolutivamente multiplicó las formas de vida en la Tierra. Observar la naturaleza y evaluar los daños causados por su explotación económica incita a científicos y empresarios a buscar soluciones que se basen en la imitación de este fenómeno de circulación que parece garantizar la existencia de una naturaleza segura y sostenible. El uso repetible de la misma materia en la biosfera se ha convertido en un incentivo para acciones políticas y económicas encaminadas a reutilizar la materia contenida en los bienes producidos por el hombre. El análisis de los ciclos naturales y los programados por el hombre lleva en este artículo a la conclusión de que no podemos esperar milagros del concepto de economía circular. Las leyes que rigen la naturaleza y el funcionamiento de la economía misma contienen limitaciones obvias. Además, deberíamos analizar cuidadosa y bastante sospechosamente las interdependencias de los ciclos cerrados recientemente diseñados con todas estas reglas y esperanzas que se combinan con la idea de desarrollo sostenible.
INTRODUCCIÓN
Economía circular - es un término de moda hoy en día que aparece en las declaraciones de los activistas de protección del medio ambiente, en los discursos de los políticos, aparece entre las tareas de una estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (Instytut Innowacyjna Gospodarka, 2018), y sobre todo aparece en los documentos que establecen nuevas estrategias y direcciones para el desarrollo de los países individuales y de toda la Unión Europea (UE, 2018). La creencia predominante es que el desarrollo sostenible absorberá fácilmente la idea de una circulación cerrada de la materia y sus recomendaciones específicas, y que la economía circular, en cualquier caso, se ajustará plenamente a los paradigmas del desarrollo sostenible (Geissdörfer et al., 2017).
En la primera parte de este documento se describe el funcionamiento de la biosfera, es decir, el mayor ecosistema que conocemos y, al mismo tiempo, el entorno vital de todos los organismos vivos, incluidos nosotros, los humanos. La circulación de la materia y el flujo de energía son dos fenómenos cuya interpretación en la biosfera, con especial énfasis en los ciclos biogeoquímicos y las leyes de la termodinámica, nos permite comprender el papel indispensable de la energía y la forma en que tiene lugar la circulación de la materia en el sistema natural.
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