El bioterrorismo es la amenaza de la liberación deliberada de virus, bacterias u otros gérmenes (agentes) utilizados para causar enfermedades o la muerte en personas, animales o plantas. Estos agentes se encuentran típicamente en la naturaleza, pero es posible que puedan cambiarse intencionalmente para aumentar su virulencia, capacidad de causar enfermedades, resistencia a los medicamentos actuales y diseminación al medio ambiente. Estos agentes biológicos nocivos pueden propagarse por el aire, el agua o los alimentos.
Agentes/enfermedades de bioterrorismo
Los agentes de bioterrorismo pueden clasificarse según la gravedad de los agentes o según los sistemas afectados.
Clasificación según la gravedad de los agentes
El concepto de categorías: Los agentes biológicos de enfermedades se clasifican en tres categorías, basadas en la probabilidad de que el agente se utilice según el grado de peligro que se considere que cada agente representa. La determinación de la categoría del organismo/enfermedad atacante previsto permitiría a la autoridad sanitaria adoptar las medidas adecuadas necesarias contra él.
Categoría A: La conciencia universal de la importancia de estar preparados para hacer frente a diversos agentes biológicos, incluidos los patógenos raros, pasó a ser de alta prioridad. Entre los agentes de riesgo figuran los organismos que plantean un riesgo para la seguridad nacional porque se propagan rápidamente de una persona a otra, lo que da lugar a altas tasas de mortalidad que afectan a la salud pública. Esto podría causar pánico público y trastornos sociales; y, por consiguiente, requiere una acción especial de preparación de la salud pública.
Estos agentes/enfermedades incluyen: Ántrax (Bacillus anthracis), Botulismo (toxina de Clostridium botulinum), Peste (Yersinia pestis), Viruela (Variola major), Tularemia (Francisella tularensis), Fiebres hemorrágicas virales (FHV) como filovirus (por ejemplo, Ébola, Marburgo) y Arenavirus (por ejemplo, Lassa, Machupo) [2].
Preocupaciones especiales de la categoría A: Los agentes de la categoría A tendrían el mayor impacto adverso para la salud pública, médico y social si se utilizaran como agentes bioterroristas por las siguientes razones [2]:
- Son infecciosos y estables en forma de aerosol.
- La población mundial es altamente susceptible a las infecciones que causan.
- Causan una alta morbilidad y mortalidad.
- Algunas pueden ser transmitidas de persona a persona (viruela, plaga, VHF).
- Las enfermedades que causan pueden ser difíciles de diagnosticar y tratar.
- Han sido desarrollados previamente para la bioguerra.
Las fuentes comunes de exposición a un agente pueden incluir las siguientes:
- Alimentos y agua que han sido deliberadamente contaminados.
- Enfermedad respiratoria debido a la proximidad de una fuente de ventilación.
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