La mayoría de las pequeñas compañías de agua que abastecen a un número reducido de consumidores tienen que hacer frente a un presupuesto extremadamente ajustado, lo que a menudo hace imposible cualquier modernización a gran escala. En efecto, la red gestionada por estas empresas suele tener muchas fugas y ser poco fiable. Una forma posible y barata de reducir las fugas es la reducción de la presión media en la red. Gracias a las nuevas tecnologías informáticas, el proceso de selección de dispositivos para la reducción de la presión es preciso y fácil de realizar. Este estudio utiliza el modelo hidráulico para seleccionar las válvulas reductoras de presión necesarias y las ubicaciones correctas con precisión y aproxima adecuadamente la reducción absoluta de pérdidas de agua resultante gracias a este enfoque.
INTRODUCCIÓN
Las pérdidas de agua son previsibles en cualquier sistema de distribución de agua a lo largo de su ciclo de vida. La forma más sencilla de definirlas es calcular un nivel de agua no facturada (NRW). Es igual al consumo autorizado no facturado más las pérdidas reales y las pérdidas aparentes (Pearson, 2019). Según la Federación Europea de Asociaciones Nacionales de Servicios de Agua (2021), los valores medios de agua no facturada son del 25% (2696 m3/km/año) en los países miembros de EurEau. En algunos casos, el nivel medio de ANR notificado supera el 30%, como en Bulgaria, Italia, Malta, Rumanía y Eslovaquia. La figura 1 muestra el nivel medio de NRW notificado en los países miembros de EurEau.
El alto nivel de pérdidas de agua en las redes de distribución es uno de los principales retos a los que se enfrentan las empresas de suministro de agua Dawidowicz et al. (2021). Desde un punto de vista económico, el agua que nunca llega a los clientes debe ser tratada y transportada, generando costes operativos adicionales y provocando emisiones de dióxido de carbono que podrían haberse evitado Trębicka (2016). Además, la negligencia en la gestión de la red de suministro de agua también afecta a cuestiones sociales y técnicas como las interrupciones del suministro de agua y la baja presión Gwoździej-Mazur et al. (2019).
Según Baader et al. (2011), las pérdidas reales suelen representar el componente más crítico de las pérdidas de agua en los países desarrollados. Las pérdidas reales de agua están asociadas a las fugas en las tuberías principales de transmisión y distribución, los desbordamientos de los tanques de almacenamiento y las conexiones de servicio. La práctica demuestra que los mejores resultados en la reducción del nivel de fugas se obtienen aplicando varios métodos integrados. Uno de ellos es la gestión de la presión, ampliamente utilizada, que tiene por objeto
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