Wilfredo nació en una zona rural productora de quinua en el occidente del país. En algún momento de su vida tuvo que migrar hacia un centro urbano donde trabajó como conductor de minibús, un servicio de transporte que se caracteriza por los altos niveles de informalidad en el trabajo de los conductores que reciben ingresos variables. Lo que ganaba cada día dependía del número de pasajeros que lograba transportar en cada ruta, por lo que literalmente tenía que “pelearse” a cada pasajero, y acelerar para hacer la mayor cantidad de viajes en los horarios de mayor demanda. Así mismo se veía afectado por cualquier reparación, sea del vehículo o de una calle, que podía impactar su economía sin previo aviso. También tenía que estar sano y fuerte para conducir minibuses en todo momento y sin descanso, ya que, si no trabajaba, no comía, y, como la mayoría de los trabajadores informales, su acceso a un seguro de salud para emergencias o enfermedades no estaba garantizado.
De la informalidad a trabajador de la quinua
Un día le hablaron del Programa de Apoyo al Empleo (PAE), y desde entonces, su vida cambió. Hoy es el encargado de planta en una procesadora de quinua de la Asociación Nacional de Productores de Quinua, ANAPQUI, una de las 9000 unidades económicas o empresas que abarca este programa.
Como sucedió con Wilfredo, el PAE ha logrado cambiar la realidad de miles de personas que de otro modo no hubieran tenido acceso al mercado laboral con un empleo de calidad. El programa de apoyo al empleo, ejecutado por el gobierno nacional de Bolivia con apoyo del BID, nació con el objetivo de mejorar las posibilidades de acceso a empleo de calidad de quienes no cuentan con las conexiones sociales para encontrar buenos empleos. La mayor parte de los bolivianos buscan empleo a través de familiares y amigos, un método ineficiente y muchas veces injusto para quienes no tienen acceso a redes de contacto.
Construir habilidades para el trabajo es fundamental
Bolivia aún enfrenta problemas de informalidad y baja productividad. Estos indicadores están directamente relacionados con la calidad y pertinencia de la oferta educativa, la legislación laboral y las habilidades de los trabajadores. Desde el PAE se han realizado importantes esfuerzos por responder a esos problemas y apoyar los buscadores de empleo; desde el 2018 más de 19.000 personas fueron beneficiadas, y alrededor del 70% lograron quedarse como trabajadores fijos en unidades económicas y empresas formales.
El PAE otorga estipendios para capacitación en puestos laborales de buscadores de empleo mayores de 18 años, por un período de hasta seis meses en una empresa pública o privada, de los rubros de industria, comercio y servicios, otorgando una oportunidad real de contratación una vez concluido este período.
Apoyando la recuperación del empleo
La crisis generada por la pandemia del COVID-19 afectó de manera importante al mercado laboral en Bolivia, y en todos los países de América Latina y el Caribe. En el caso de Bolivia, este impacto se tradujo en un incremento de las tasas de desempleo y subocupación, así como caídas de las horas promedio de trabajo y el ingreso de aquellos que permanecieron ocupados.
Es en este contexto, que un apoyo para promover la contratación impulsa la recuperación del empleo, y la reactivación de las empresas públicas y privadas participantes. Entrega también a muchas personas como Wilfredo, una opción para mejorar sus vidas.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Trabajamos para mejorar la calidad de vida en América Latina y el Caribe. Ayudamos a mejorar la salud, la educación y la infraestructura a través del apoyo financiero y técnico a los países que trabajan para reducir la pobreza y la desigualdad. Nuestro objetivo es alcanzar el desarrollo de una manera sostenible y respetuosa con el clima. Con una historia que se remonta a 1959, hoy somos la principal fuente de financiamiento para el desarrollo para América Latina y el Caribe.
El acceso al agua ha dado a un grupo de mujeres la llave para independizarse económicamente. Se trata de agricultoras a las que UNICEF ha proporcionado un sistema de irrigación para poder tener sus propios cultivos.
La profesora sueca Malin Falkenmark fue pionera mundial en materia de investigación en agua e inventora de conceptos revolucionarios sobre el agua en agricultura. Casi cuatro meses después de su fallecimiento, en este Día Mundial del Agua, vale la pena reflexionar sobre la gestión del agua agrícola, dado que en América Latina aproximadamente el 70% del agua dulce extraída es utilizada en actividades agrícolas.
En algunas épocas del año, por ejemplo durante el fenómeno de El Niño, las plantas de café producen más frutos de los que se esperan, algo que a simple vista parece bueno y próspero, pero un estudio encontró que cuando esto ocurre la cantidad de hojas se reduce hasta en un 32 % y el área foliar hasta 19 %, y además hay déficit en nutrientes como nitrógeno, potasio, azufre y cobre, esenciales para el crecimiento y desarrollo vegetal. Con estrategias como el uso oportuno de fertilizantes se podría mejorar la calidad y cantidad de futuras cosechas.
En pruebas de campo, AgZen, una empresa derivada del MIT, demostró que su sistema de pulverización optimizado por retroalimentación podría reducir a la mitad las necesidades de pesticidas de las granjas y mejorar el rendimiento de los cultivos.
Una nueva plataforma digital de conocimientos agrarios invita a contribuir a la transición de Europa hacia una agricultura y silvicultura sostenibles.
Experta en salud animal probó las bondades de un producto comercial novedoso, elaborado a base de ácidos grasos, para mantener el balance intestinal de los cerdos de granja, y encontró que este ayudaría a reducir el desmedido uso de antibióticos que se les aplican desde edades tempranas para enfermedades provocadas por bacterias como Escherichia coli, lo cual ha generado resistencia y produce efectos adversos en los animales.