En concreto, la investigación, que comenzó en 2021 y tiene una duración de cuatro años, contempla el tratamiento y reciclado del material plástico recuperado para su aplicación en pasarelas y accesos a bateas, granjas marinas y piscifactorías, sustituyendo a la madera utilizada actualmente; protecciones portuarias, tubos estructurales y de flotación para bateas y boyas de señalización o fondeo; así como la reutilización de productos plásticos ya desechados en el arte de pesca como redes o mallas para su uso como refuerzo y aligeramiento en bateas de hormigón y otros productos.
El proyecto se centra en una metodología óptima que permita recuperar, seleccionar y tratar el material plástico del mar y los residuos del sector acuícola, teniendo en cuenta tanto su heterogeneidad y sus diferentes grados de degradación al encontrarse en el mar en períodos de tiempo diferentes.
En este sentido, AIMPLAS aporta su experiencia en materia de reciclado, economía circular y las diferentes tecnologías de transformación del plástico en este proyecto impulsado por un consorcio de empresas formado por Acteco, Durplastics, Ecoplas Barbanza, Plastire, Rotogal y Solteco, compañías de referencia a nivel nacional que cubren todos los sectores y tecnologías de fabricación en el reciclado de productos plásticos y el diseño y fabricación de productos relacionados con el sector de la acuicultura. Colabora, además, RDC.
Convertir a España en pionera en el recuperado de desechos plásticos marinos
“Los resultados de este proyecto nos permitirán adelantarnos a la legislación actual. Además, España es uno de los países de la Unión Europea con más kilómetros de costa, por lo que el desarrollo de ÑCostas convertirá a nuestro país en pionero en el recuperado de desechos plásticos marinos y la recolección de artes de pesca para su reutilización en productos demandados en el sector acuícola e incluso aplicar la experiencia adquirida en este proyecto para el aprovechamiento de estos residuos en otros sectores”, explica Raúl Araque, investigador de Agricultura y Medio Acuático en AIMPLAS.
Y es que la mayoría de los productos plásticos encontrados en nuestros mares y costas son poliolefinas (HDPE, LDPE, etc.), el material más utilizado para obtener botellas o bolsas y que, combinado con otros polímeros en menor proporción, se utiliza para obtener envases de todo tipo, como por ejemplo los estirénicos. Estos materiales tienen una gran resistencia química, lo que los hace ideales para reciclarlos en productos para su uso en ambientes marinos.
El proyecto ÑCostas: ‘Acuicultura sostenible. Desarrollo de productos reciclables y sostenibles a partir de material plástico recuperado en el medio marino’ se está ejecutando principalmente en la Comunitat Valenciana, Galicia y La Rioja. Se enmarca en la línea de financiación de ‘Proyectos de investigación y desarrollo en cooperación’, subvencionado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), apoyado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
AIMPLAS es el Instituto Tecnológico del Plástico ubicado en Valencia y está inscrito en el Registro de Centros Tecnológicos del Ministerio de Economía y Competitividad. Pertenece a la Federación Española de Centros Tecnológicos, FEDIT, y a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana, REDIT.
Con la ayuda de bolas de acero, investigadores del University College de Londres han molido agua congelada a –200 °C hasta conseguir una forma amorfa desconocida, con una densidad media muy cercana a la del agua líquida. Un proceso parecido podría ocurrir en las lunas heladas del sistema solar.
Un nuevo marco computacional podría ayudar a los investigadores a diseñar hidrogeles granulares para reparar o reemplazar tejidos enfermos.
Un informe de Planet Tracker aboga por que los fabricantes usen en sus etiquetas el mismo material que en el envase para facilitar el reciclaje en bucle cerrado y mejorar la oferta de plásticos recuperados.
Un pulso eléctrico rápido cambia por completo las propiedades electrónicas del material, abriendo una ruta hacia la electrónica superconductora ultrarrápida, inspirada en el cerebro.
Encontrar un modo sostenible de conformar una economía de residuo cero es primordial para mantener un sistema de consumo consciente de los límites de nuestro planeta, en especial en el caso de materiales versátiles y tan extendidos como el plástico. En los próximos cuarenta años, se estima que el consumo global de materiales como la biomasa, los combustibles fósiles, el metal y los minerales doblará su cifra, lo que tendrá consecuencias negativas en los seres humanos y en el medio ambiente. La producción anual de plásticos es de casi 380 Mt y, para 2035, está previsto que se doble esa cifra e incluso se cuadruplique en 2050. Por esta razón, es necesario identificar soluciones que ayuden a usar los recursos de manera efectiva y eficiente para la producción de estos materiales.
Un equipo de investigación de la Universidad de Cádiz propone el uso de biomasa procedente de residuos agroalimentarios para la captación de minerales nocivos presentes en sistemas acuosos. Este procedimiento permite reutilizar los desechos de esta industria, sin necesidad de procesos complejos, en la remediación de ecosistemas.