Hoy en día, cualquier persona interesada en realizar análisis geoespacial tiene acceso abierto a una cantidad impresionante de datos geoespaciales. Entre algunos de ellos, tenemos a Google Earth Engine, un servicio abierto que almacena petabytes de datos de imágenes satelitales, Open Street Map, un proyecto colaborativo para crear una base de datos geográfica editable y gratuita del mundo, SEDAC, un centro de datos de la NASA que provee datos socioeconómicos georreferenciados, o AIDDATA que permite a los usuarios extraer datos para diferentes límites administrativos. Si deseas aprender a utilizar estos recursos geoespaciales, a continuación, te presentamos 5 herramientas gratuitas que solo requieren conocimientos introductorios para ser utilizadas:
¿Has utilizado alguna de estas herramientas o recomiendas alguna otra? Cuéntanos en los comentarios.
Por Brandon Mora consultor de datos e información en el BID.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Trabajamos para mejorar la calidad de vida en América Latina y el Caribe. Ayudamos a mejorar la salud, la educación y la infraestructura a través del apoyo financiero y técnico a los países que trabajan para reducir la pobreza y la desigualdad. Nuestro objetivo es alcanzar el desarrollo de una manera sostenible y respetuosa con el clima. Con una historia que se remonta a 1959, hoy somos la principal fuente de financiamiento para el desarrollo para América Latina y el Caribe.
La ola de despidos en las grandes tecnológicas es un problema de alcance global. Amazon, Google, HP, IBM, Meta, Microsoft, Spotify, Salesforce, Philips. La lista de las compañías afectadas por esta tendencia es enorme. Sin embargo, hay algunas excepciones. Entre ellas destacan las estadounidenses Apple y OpenAI.
Las reacciones adversas a medicamentos (RAM) no son algo nuevo en la historia de la humanidad. El ejemplo más claro de efecto no deseado de un fármaco es, sin duda, la tragedia causada por la talidomida.
La computación ha vivido pequeñas grandes revoluciones en muy poco tiempo. Por un lado, sus componentes se han ido miniaturizando hasta lograr que hoy tengamos en nuestras manos smartphones mucho más potentes que los antiguos ordenadores que ocupaban habitaciones enteras. Y, por otro lado, la capacidad de esos dispositivos hace posible que podamos recrear mundos virtuales, crear réplicas de nosotros mismos o encontrar soluciones a grandes problemas. Y para seguir avanzando, los investigadores apuestan por la computación neuromórfica o sistemas neuromórficos.
En 1974, los científicos Frank Sherwood Rowland y Mario Molina dieron a conocer que los gases clorofluorcarbonados utilizados en refrigeradores, aires acondicionados, aerosoles y spray de laca, entre otros productos, se dispersan en la estratosfera expulsando una alta condensación de átomos de cloro que degradan la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta emitidos por el sol. Posterior a esto, un alto representante de DuPont, una de las más reconocidas industrias químicas a nivel mundial, estimó que la investigación era un “cuento de ciencia ficción”, un “montón de basura” y una “absoluta idiotez”. Sin embargo, en 1987, bajo el Protocolo de Montreal, se establecieron las medidas necesarias para controlar y disminuir poco a poco hasta eliminar el uso de cerca de 100 componentes químicos que afectan sustancialmente la capa de ozono.
Investigadores de la Universidad de Birmingham proponen un método para adaptar los hornos actuales que permitiría sustituir el 90 % del coque utilizado habitualmente por este sector.
Los galardones reconocen la divulgación de la óptica y la fotónica en medios de comunicación y centros educativos.