No es fácil crear paneles fotovoltaicos que sean transparentes. Y esta es, como es obvio, la clave para lograr ventanas. En la propia naturaleza de estos elementos arquitectónicos está el poder ver a través de ellas. La luz del sol tiene que pasar, de una forma u otra. Un equipo de científicos coreanos ha dado un paso decisivo hacia este tipo de cristales, llamados a fundamentar las ventanas del futuro.
A lo largo de los últimos años hemos visto algunos proyectos destacados de ventanas solares. Y es que la altura de los rascacielos en las ciudades ofrece una oportunidad mayor que la de los tejados. Las ciudades crecen ahora verticalmente. Ahí está la mayor superficie para cubrir con paneles fotovoltaicos. Algunos rendimientos que se barajan indican la generación de 30W por metro cuadrado.
El equipo de científicos coreanos ha mejorado los modelos anteriores. Su sistema permite la creación de paneles solares transparentes, de efectividad probada y a un precio moderado. Lo han hecho a través de la perforación de minúsculos agujeros en los paneles de silicio cristalino. Así se permite el paso de la luz. En otros modelos, cuando la radiación solar impactaba en los cristales la luminosidad tomaba un matiz rojizo.
De esta forma se evita el tono rojizo, mientras que los agujeros son tan pequeños que el ojo humano no los detecta. El equipo está convencido de que es la mejor solución existente para crear cristales productores de energía solar. Una opción más que deseable para las ventanas del futuro. El crecimiento de las ciudades impulsará la construcción de edificios altos , algunos de ellos completamente acristalados. La superficie potencial para captar energía solar es enorme.
Las ventanas del futuro, algo más que energía solar
La producción de energía solar será una de las características que tengan las ventanas del futuro. Sin duda se trata de una cualidad que deberán tener para asegurar la eficiencia energética de los edificios. No hablamos solo aquí de la reducción del consumo sino de una ayuda a la generación.
Pero al hablar de generación muchas veces se pasa por alto el primer punto. La reducción del consumo se logra con otras fórmulas. En el MIT ya han trabajado sobre este factor determinante para la eficiencia energética. Lograron crear unos cristales que reflejan la luz. Lo hacen de tal manera que al calentarse demasiado se oscurecen. Así se frena la radiación térmica y se impide que esta caliente el edificio.
Es una manera de mantener una temperatura agradable en verano, cuando el sol golpea con toda su crudeza. Debido a la necesidad de tener sol en invierno, para que se caliente lo más posible el interior de las construcciones, en verano el uso del aire acondicionado se dispara. De esta forma se podría ahorrar en este recurso, lo que supondría una reducción en el gasto energético. Aunque cabe pensar que la naturaleza de los cristales solares permitiría frenar la transferencia de calor. Así, las dos soluciones ofrecerían dos opciones distintas.
Escrito por: Pablo G. Bejerano
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