No hay duda sobre la importancia de la región amazónica como un bien natural para las comunidades locales y para el mundo. Proporciona más del 40% del agua dulce de América Latina, regula la calidad del aire, almacena las emisiones de carbono y controla los ciclos hidrológicos y de nutrientes para el continente sudamericano.
La transición demográfica y urbana en la Amazonía está ocurriendo extremadamente rápido. Se estima que la población urbana de la región aumentó de 1/3 en 1960 a 3/4 en 2010. Aproximadamente el 80% de las ciudades amazónicas son consideradas ciudades pequeñas con menos de 50.000 habitantes. Grandes ciudades como Belem (Brasil), Iquitos (Perú) o Florencia (Colombia) funcionan como centros regionales para la provisión de comercio y servicios básicos, lo que permite una mayor diversificación económica. El Polo Industrial de Manaus genera medio millón de empleos directos e indirectos y reúne más de 500 industrias.
Sin embargo, incluso con las oportunidades económicas disponibles, alrededor del 40% de los residentes amazónicos se encuentran por debajo del umbral de la pobreza. Esto se debe a que, en la actualidad, el desarrollo económico de la Amazonía se basa en modelos y tecnologías que no se adaptan bien a la realidad de la región. La producción orientada a la extracción, la baja productividad, la alta informalidad, la violencia y las actividades ilegales se suman a un contexto que limita el potencial humano mientras degrada los ecosistemas.
La Amazonía también tiene brechas notables en conectividad e infraestructura para servicios básicos, que incluyen agua potable, educación y atención médica. Aproximadamente la mitad de las personas en la cuenca del Amazonas viven lejos de las torres de telefonía celular o del acceso a Internet, y más del 60% de las poblaciones urbanas de esta región viven en condiciones vulnerables.
Entonces, ¿Qué Podemos hacer?
La colaboración y la acción colectiva son vitales para implementar esfuerzos concertados en toda la región amazónica para reducir la deforestación, crear medios de vida sostenibles y restaurar ecosistemas degradados para fortalecer la capacidad de adaptación y mitigación climática de la región. La colaboración también es clave para desarrollar soluciones innovadoras que puedan beneficiar a la población amazónica, incluidas las Poblaciones Indígenas y las Comunidades Locales (IPLC por sus siglas en inglés), y ofrecerles oportunidades socio-ambientalmente sostenibles.
¿Qué estamos haciendo en el BID?
En respuesta a este desafío, el BID estableció la Iniciativa Amazonía. La Iniciativa Amazonía moviliza recursos públicos y privados y coordina la asistencia financiera y técnica del BID para impulsar modelos de desarrollo sostenible e inclusivo y acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las comunidades y territorios amazónicos.
La Iniciativa Amazonía cuenta con tres mecanismos financieros: un fondo semilla con capital ordinario (US$ 20 millones), un fideicomiso multi-donante (US$ 43 millones) y un Fondo de bioeconomía (US$ 279 millones), a través del cual el Grupo BID apalanca capital ordinario, moviliza recursos públicos y privados y canaliza la experiencia y las políticas sociales y ambientales del BID.
A la fecha, la Iniciativa Amazonía está contribuyendo a:
(Préstamo de US$ 24.75 millones con Asistencia Técnica y Donación de Inversión – en preparación). Este programa tiene como objetivo promover la actividad productiva basada en la naturaleza, facilitando el acceso al crédito inclusivo para las BIO empresas, y así contribuir al desarrollo económico en colaboración con otras partes interesadas para maximizar las soluciones y aprovechar los avances ya realizados. El proyecto también prevé comprometer un porcentaje preestablecido a empresas lideradas por mujeres y negocios de propiedad indígena, contribuyendo así a mejorar los niveles de equidad de género e inclusión de la diversidad.
Hacia la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores del BID y BID Invest
El Banco Interamericano de Desarrollo realizará su Reunión Anual en Ciudad de Panamá del 15 al 18 de marzo. Este es un foro de discusión entre nuestros Gobernadores, generalmente los Ministros de Hacienda, Economía, Planificación, Presidentes de Bancos Centrales u otras altas autoridades de los países miembros. También asistieron representantes de instituciones financieras multilaterales, bancos de desarrollo y privados.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Trabajamos para mejorar la calidad de vida en América Latina y el Caribe. Ayudamos a mejorar la salud, la educación y la infraestructura a través del apoyo financiero y técnico a los países que trabajan para reducir la pobreza y la desigualdad. Nuestro objetivo es alcanzar el desarrollo de una manera sostenible y respetuosa con el clima. Con una historia que se remonta a 1959, hoy somos la principal fuente de financiamiento para el desarrollo para América Latina y el Caribe.
Este nuevo instrumento aglutina a equipos científicos que investigan en ciencias marinas para contribuir a dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas
Un estudio liderado por el CSIC y en el que participa la UCM demuestra la importancia de analizar los efectos de estresores ambientales en conjunto
Bosques, manglares, ríos, especies marinas, jaguares, flamencos, colibríes y una gran variedad de especies habitan nuestra región. Desde la Antártica Chilena hasta Baja California, América Latina y el Caribe alberga la mayor cantidad de diversidad de especies y ecosistemas del planeta.
Decenas de ciudades de toda Europa se embarcan en una acción sin precedentes para lograr la neutralidad climática.
Un estudio liderado por la Estación Biológica de Doñana- CSIC muestra que la diversidad de usos de suelo predice la riqueza de especies de aves y su diversidad funcional a nivel global. Esta relación es independiente de la calidad del hábitat y constituye un patrón generalizado en todos los continentes.
Nuestro planeta está en peligro por el aumento de las temperaturas. Aún hay mucho que podemos hacer para salvarlo. El próximo 25 de marzo se celebra La Hora del Planeta, el evento anual que nos recuerda que, cuando hacemos cambios en nuestra vida para reducir nuestra huella, inspiramos a otros a hacer lo mismo.