Pero para lograr la colonización de nuestro satélite natural tendremos que superar una enorme cantidad de desafíos. Uno de ellos es el de la producción de electricidad. Blue Origin, la empresa aeroespacial del magnate Jeff Bezos, ha estado trabajando en una prometedora alternativa que podría hacerlo más fácil: construir paneles solares in situ.
Fabricar paneles en la Luna, con lo que hay en la Luna
La idea de fabricar cualquier cosa fuera de la Tierra podría convertirse en un reto muy complejo, a menos que pudiéramos eludir la necesidad de trasladar gran parte de los insumos necesarios en una nave espacial a una distancia superior a los 300.000 kilómetros. Blue Origin propone utilizar los recursos minerales de la Luna para facilitar el proceso de fabricación.
Veamos, un equipo de investigación de la empresa ha conseguido fabricar células fotovoltaicas y cables eléctricos a partir de un material muy similar química y mineralógicamente al regolito lunar. Esta propuesta, que forma parte del programa “Blue Alchemist”, tiene como columna vertebral a un proceso conocido como “electrólisis de regolito fundido”.
Prototipo funcional de célula fotovoltaica fabricada a partir de regolito lunar simulado. / Solar Blue Origin 1
Según explica la compañía, el método permite separar los elementos del oxígeno, y así producir hierro, silicio y aluminio de manera segura. “La geometría de nuestro reactor, el enfoque de extracción de metales y la selección de materiales permitirán operaciones lunares sostenidas”, asegura Blue Origin en una publicación de blog.
Un punto muy importante, que no se han olvidado de mencionar, es que el proceso es capaz de producir silicio con una pureza del 99,99%, un nivel importantísimo para fabricar células fotovoltaicas generadoras de electricidad eficientes. Las células, aseguran, serán capaces de resistir la degradación causada por la radiación lunar.
Blue Origin, no obstante, ha decidido ir un paso más allá en su ambiciosa propuesta. Asegura que como el método no produce emisiones de gases de efecto invernadero y no requiere agua o elementos tóxicos, podría ser muy beneficioso para los habitantes de la Tierra. Queda ver, entonces, cómo se podrían materializar estas posibilidades.
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