Bogotá es una de las ganadoras de la edición 2021- 2022 del Desafío de Ciudades (OPCC, por sus siglas en inglés), una invitación global que WWF hace a las ciudades para que se unan a la organización en su misión de crear ciudades que permitan a las personas prosperar en equilibrio con la naturaleza, ahora y en el futuro.
En esta competencia, que se realiza cada dos años, WWF invita a ciudades alrededor del mundo a reportar sus inventarios de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) y planes y acciones de gestión ambiental y desarrollo urbano en el Sistema de Reporte Unificado de Disclosure Insight Action (CDP) y Local Governments for Sustainability (ICLEI). Con base en esa información, revisa las acciones y ambiciones climáticas de las ciudades y evalúa si estas se alinean con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París: el compromiso internacional más importante en esta materia. Así, se orienta y apoya a las ciudades para acelerar su transformación climática y destaca las mejores prácticas de las ciudades participantes.
Desde 2011, el OPCC ha estado destacando casos de mitigación y adaptación climática de ciudades de todo el mundo. En esta edición participaron 280 ciudades de más de 50 países (18 eran ciudades colombianas). La suma de las reducciones de emisiones de las acciones de mitigación planificadas por las ciudades participantes ascienden a 246 millones de toneladas de CO2, el equivalente aproximado a las emisiones anuales que genera un país como España.
En Colombia, Manizales, Medellín y Bogotá llegaron a la lista de finalistas en función de sus datos climáticos reportados, pero la capital fue la que logró llevarse el máximo reconocimiento a nivel global junto con Lund, una de las ciudades más antiguas de Suecia.
Al respecto, Marco Lambertini, director de WWF Internacional dijo: “Bogotá y Lund son dos ejemplos inspiradores de cómo los gobiernos locales, de contextos muy diferentes, pueden impulsar la transición hacia ciudades más sostenibles. Para todo el mundo, ¡ambas ciudades están mostrando a los demás lo que se puede lograr!”.
Las ciudades fueron evaluadas bajo rigurosos criterios que incluían: objetivos climáticos ambiciosos, liderazgo audaz, capacidad para enfrentar los desafíos de adaptación y un plan de acción climático holístico que esté bien equilibrado hacia sus objetivos.
El jurado de este año -conformado por 21 expertos urbanos de una amplia gama de organizaciones, desde C40 hasta el Banco Africano de Desarrollo e ICLEI- quedó particularmente impresionado con el ambicioso plan de acción climática de Bogotá, que incluye reducir a la mitad sus emisiones habituales para 2030 y alcanzar cero emisiones netas para 2050. Este plan incluye acciones en sectores que son difíciles de impactar, a pesar de numerosos desafíos.
“Los objetivos de mitigación de Bogotá están alineados con los objetivos basados en la ciencia, es decir, son proporcionales a la necesidad que plantean los expertos en cambio climático de limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 ° C. Además, sus planes y las metas de éstos están alineados con los sectores de emisiones más significativos e incluyen áreas difíciles de abordar, como las emisiones del sector transporte”, destacó Paula Rodríguez, especialista en ciudades sostenibles de WWF Colombia.
Bogotá reportó tener un gran compromiso, pues cuenta con acciones tanto para la mitigación como la adaptación al cambio climático. Además, reportó ser parte del Pacto Global de Alcaldes, entre otros avances para el cumplimiento de sus objetivos de adaptación.
Ante este reconocimiento, la secretaria de Ambiente de la capital, Carolina Urrutia, afirmó: “En Bogotá hemos hecho un gran esfuerzo, y nuestro Plan de Acción Climática es un reflejo de la voluntad política de la alcaldesa Claudia López. Estamos seguros de que la gestión de la acción climática requiere enormes sacrificios, y estos los hemos visto en la forma de organizar el espacio público para priorizar los peatones, las bicicletas y la movilidad limpia; de ampliar y proteger las áreas verdes; de evaluar el riesgo detalladamente para saber cómo adaptarnos; de conectar la recuperación económica con el cuidado de la naturaleza; y de cambiar nuestros esquemas de compensación. El apoyo y reconocimiento de WWF nos permite ser más fuertes en nuestros argumentos y seguir avanzando para mantener el rumbo”.
Lund, por su parte, tuvo la puntuación más alta entre las 280 ciudades que informaron al OPCC. Tiene un enfoque integral y holístico para la planificación de la acción climática y el plan de la ciudad demuestra un fuerte liderazgo político, visión e impacto. Sus acciones de mitigación planificadas son efectivas y cubren los sectores más importantes, y sus acciones de adaptación son diversas y se basan en una sólida evaluación del riesgo del cambio climático. Además, esta ciudad informó un objetivo de reducción de emisiones del 50% para 2020 (año base 1990), que se ha logrado.
En un momento en el que mitigar el aumento de la temperatura y adaptarnos a los efectos del cambio climático nunca había sido tan crítico, las ciudades que hicieron parte de este desafío están demostrando lo que se puede lograr en materia de sostenibilidad. Como ganadores mundiales, Bogotá y Lund son una inspiración para que otras ciudades se comprometan con una acción climática significativa y ambiciosa.
En Colombia, Manizales, Medellín y Bogotá quedaron finalistas a nivel nacional, pero la capital fue la que logró llevarse el máximo reconocimiento global junto con Lund, una de las ciudades más antiguas de Suecia.
© Secretaria de Ambiente de Bogotá
WWF es la principal organización de conservación global, con presencia en más de 100 países y que cuenta con el apoyo de más de 5 millones de socios. Las acciones de WWF están enfocadas en seis grandes objetivos: especies, bosques, océanos, agua dulce, alimentación, clima y energía. WWF tiene además tres líneas de acción transversales: gobernanza política y social, finanzas y mercados.
La iniciativa DOCU-CLIM, que cuenta entre sus miembros con el grupo investigador de la UPO Vareclim sobre la Variabilidad y Reconstrucción del Clima, reúne en una plataforma única datos sobre el pasado del clima en la Tierra de todo el mundo. La investigación paleoclimática resulta fundamental para entender sus dinámicas actuales, sobre todo en un contexto de crisis climática como el que vivimos.
En la víspera de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General, las asociaciones de la sociedad civil se reúnen para analizar los progresos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y destacar los principales retos en relación con los derechos humanos, el medioambiente, la igualdad de género y la colaboración intergeneracional. Diversas organizaciones de Latinoamérica piden más acción e inclusión.
La pajitas de papel se deshacen con facilidad y acaban fastidiando la bebida. La solución de los fabricantes fue hacerlas más duras y robustas, pero entonces son mucho más difíciles de reciclar. Aunque parecían destinadas a sustituir a las de plástico, lo cierto es que debido a los numerosos problemas que tienen no han terminado de cuajar.
Los objetivos climáticos se están incumpliendo, lo que repercute negativamente en la consecución de todos los demás Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, los avances tecnológicos y científicos permitirían poner la meteorología al servicio de esas metas y actuar como catalizador de una transición económica justa y verde.
La agencia de meteorología advierte que el mes de agosto ha sido en conjunto 1,5ºC más cálido que la media preindustrial de 1850-1900, las temperaturas globales de la superficie del mar han alcanzado máximos sin precedentes y el hielo marino antártico su mínimo histórico para esta época del año. Por su parte, la contaminación atmosférica ya causa 6,7 millones de muertes anuales.
Durante las últimas décadas, millones de personas vienen afrontando diversos eventos catastróficos por fenómenos meteorológicos extremos atribuidos al evidente cambio climático, como las sequías prolongadas en África oriental; tormentas y lluvias desmedidas en Filipinas, China y varias zonas de Latinoamérica; las olas de calor en Europa, y los incendios de sexta generación (más intensos y difíciles de extinguir, impredecibles y aleatorios) en los que se quemaron 65.000 hectáreas de bosque este año. Los incendios han tenido lugar a lo largo de la historia; sin embargo, los que se han presentado actualmente no son como los de antes, su intensidad es más agresiva y están alterando intensamente el sistema natural del planeta. Sin dejar de lado los glaciares de Groenlandia, los cuales se encogieron más allá de un punto de retorno. En el mismo sentido, se destaca que un cuarto de todas las especies de abejas del planeta se han perdido desde la década de los noventa.