Las baterías recargables de iones de litio han revolucionado nuestras vidas. En la actualidad, se utilizan a escala mundial para alimentar los dispositivos electrónicos portátiles que utilizamos para comunicarnos, trabajar, estudiar, escuchar música y buscar información. También han permitido el desarrollo de automóviles eléctricos de largo alcance y el almacenamiento de energía de fuentes renovables, como la energía solar y eólica.
El Comité de los Premios Nobel de los premios Nobel ha decidido otorgar este año el Nobel de Química a los científicos que han sentado las bases de una sociedad inalámbrica y libre de combustibles fósiles gracias a estas baterías: John B. Goodenough (Alemania, 1922), M. Stanley Whittingham (Reino Unido, 1941) y Akira Yoshino (Japón, 1948).
La base de la batería de iones de litio se sentó durante la crisis del petróleo en la década de 1970
La base de la batería de iones de litio se sentó durante la crisis del petróleo en la década de 1970. Stanley Whittingham, profesor en la Universidad de Binghamton (EE UU), trabajó en el desarrollo de métodos que podrían conducir a tecnologías de energía libre de combustibles fósiles.
Hacia un mundo libre de combustibles fósiles
El científico comenzó a investigar superconductores y descubrió un material extremadamente rico en energía, que utilizó para crear un cátodo innovador en una batería de litio. Estaba hecho de disulfuro de titanio que, a nivel molecular, tiene espacios que pueden albergar e intercalar iones de litio.
El Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) es la primera agencia pública de ámbito estatal especializada en información sobre ciencia, tecnología e innovación en español. Fue puesta en marcha por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología en el año 2008. El equipo de SINC produce noticias, reportajes, entrevistas y materiales audiovisuales (vídeos, fotografías, ilustraciones e infografías).
AIMPLAS avanza en nuevas tecnologías para la descarbonización y la transición energética de la industria y el transporte, a través de dos proyectos de investigación y desarrollo financiados por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i) y los fondos FEDER.
El equipo del proyecto MMAtwo, financiado con fondos europeos, presentó una tecnología para procesar residuos de polimetacrilato de metilo y convertirlos en materiales utilizables en una segunda vida.
El biomaterial desarrollado por el ICMM-CSIC se combina con campos magnéticos para crear una matriz que permitirá la colonización por células neurales de las zonas dañadas de la médula espinal.
Una mezcla de dicho fosfato cálcico -el cristal principal de huesos y dientes, que les confiere su dureza característica- y dióxido de titanio, puesta sobre láminas de metal de titanio, demostró tener una valiosa propiedad magnética que, al activarse con los rayos ultravioleta (UV) o energía solar, resulta muy útil en la eliminación o clarificación del agua contaminada con clorhexidina, sustancia presente en jabones líquidos, utilizados especialmente en entornos hospitalarios.
Mediante cámaras que recrean las fisuras de las rocas, investigadores alemanes han demostrado cómo los flujos de calor subterráneos pudieron enriquecer los componentes prebióticos y aumentar su reactividad, favoreciendo la aparición de los primeros organismos vivos.
El centro tecnológico catalán ha diseñado procesos hidrometalúrgicos y pirometalúrgicos más económicos y sostenibles para facilitar la recuperación de materias primas críticas de los residuos.