Pero sin menospreciar el interés de todas esas presentaciones, si tengo que mencionar algo que consiguió ponerme la piel de gallina es un exoesqueleto. Uno que, gracias a un trabajo de investigación y desarrollo, consigue que una persona sin movilidad en las piernas consiga andar.
No sólo es poder caminar: es poder hacerlo con tan pocas complicaciones
Lo que puedes ver en la fotografía es el exoesqueleto Able Human Motion. Consta de cuatro motores repartidos en toda su estructura que permiten realizar ciertos movimientos para desplazarse entre otras cosas, excepto en la parte inferior de las piernas donde bastan unos muelles.
Ricard, la persona que lleva el exoesqueleto puesto y que puedes ver en las imágenes, no tiene movilidad en las piernas pero consigue sorprender a todo el mundo que pasaba por su lado sentándose, levantándose y andando con la ayuda de unas muletas. En la parte trasera del exoesqueleto residen las baterías, a la altura de la espalda del paciente.
Justo ahí también hay un espacio para colocar el teléfono móvil, desde donde (mediante una aplicación) un terapeuta puede ejecutar las secuencias necesarisa para que el paciente pueda hacer movimientos básicos. También cuenta con un modo automático para cuando su usuario no está acompañado, pudiendo así ejecutar esos gestos y movimientos con independencia.
La aplicación no sólo se encarga de generar un perfil específico de cada usuario con sus limitaciones de movilidad y necesidades: también se van recopilando métricas de uso, midiendo tendencias de movimiento y la progresión que el usuario logra con el tiempo. Así se puede ayudar al paciente a mejorar su postura allá donde pueda modificarla y facilitar los movimientos.
El concepto de un exoesqueleto no es nuevo, en el pasado hemos visto ejemplos de modelos que ayudan a pianistas a recuperar agilidad con sus manos o incluso generan energía. Lo sorprendente es el nivel de facilidad al que hemos llegado: que algo así ya exista en forma de un producto que haya reducido los obstáculos clásicos (dimensiones, complicaciones para el paciente) a este nivel es todo un hito.
En un futuro se trabajará en nuevas partes del exoesqueleto para que pacientes con diversidad funcional puedan hacer gestos básicos con los brazos como por ejemplo coger un vaso
Helena López, especialista clínica, nos comenta desde el congreso que el exoesqueleto es la quinta iteración de un prototipo cuyo desarrollo ya se considera finalizado. Habrá versiones más avanzadas en un futuro: planean ampliar la parte del exoesqueleto a los brazos para que aquellos pacientes con limitaciones de movilidad en esas extremidades puedan hacer gestos básicos como por ejemplo coger un vaso.
No es sencillo: Helena describe cómo una persona no se puede adaptar al exoesqueleto si no que tiene que ser al revés. Las limitaciones de cada persona con diversidad funcional son un mundo, y por lo tanto el exoesqueleto es el que tiene que ajustarse.
Ahora mismo el Able Human Motion está pasando por instancias Europeas para conseguir el certificado CE de la unión, con la idea de poder empezar a venderlo a hospitales que ya están interesados. En un futuro, a medida que se vaya evolucionando en futuros desarrollos, también podríamos llegar a verlo vendiéndose a nivel doméstico.
De momento el exoesqueleto se ha probado ya en 130 pacientes con éxito, y se han dado más de 200.000 pasos. Teniendo en cuenta que los que dan esos pasos son personas que tienen poca o nula movilidad en las piernas, se trata de un logro impresionante. Toda una sorpresa que nos demuestra la importancia de la inclusividad en la tecnología y que el Mobile World Congress ha podido mostrar al mundo.
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