Hablan de implementaciones tecnológicas, pero también de hábitos. Las primeras empujan a los segundos y estos, a su vez, retroalimentan la necesidad de las primeras. Dentro de la telemedicina hay un campo que podría verse favorecido por la adopción del 5G. Se trata de la detección de enfermedades oculares mediante telediagnóstico usando como referencia tecnología óptica de la Fórmula 1.
En el artículo científico Digital technology, tele-medicine and artificial intelligence in ophthalmology: A global perspective, publicado por la editorial especializada Elsevier, se trata el tema de cómo la maduración de múltiples tecnologías digitales y de telecomunicación en 2020 han creado una gran oportunidad para la oftalmología a distancia. Se abre una puerta a nuevos modelos de atención médica. Y el 5G está en el centro de la ecuación.
Tecnología de Fórmula 1 para teleasistencia en oftalmología
En España se han puesto en marcha iniciativas que exploran las posibilidades de la oftalmología en remoto. En Vigo, un proyecto impulsado por Red.es y del que Telefónica es partner, se plantea ofrecer telediagnosis en tiempo real a colectivos con difícil acceso a centros de salud, como población rural o personas con movilidad reducida.
Hay que recordar que en el cuidado de los ojos es crítico un diagnóstico temprano. Pues una gran mayoría de casos de ceguera son evitables. Para hacer estas revisiones, que los oftalmólogos recomiendan que sean anuales, se ha creado el Ocuexplorer 5G. Se trata de un brazo robótico que toma cientos de imágenes del ojo por segundo. La tecnología óptica se basa en equipamiento empleado en la Fórmula 1. Son fotografías en alta definición, que se envían para su procesamiento en edge computing.
Esta tecnología realiza un diagnóstico temprano mediante algoritmos de inteligencia artificial y después contacta a un oftalmólogo en remoto si detecta indicios de enfermedad. El último paso para realizar una monitorización completa del paciente.
Ayuda al diagnóstico de enfermedades oculares en remoto
Uno de los puntos clave en el diagnóstico de enfermedades oculares a distancia es una mayor calidad en videollamadas. El hecho de mejorar la calidad de las consultas por vídeo crea una relación más sólida entre paciente y médico. Los autores del artículo citado creen que examinar en tiempo real a los pacientes con un streaming de imágenes en alta definición, con una lámpara de hendidura, como la que usan normalmente los oftalmólogos, será algo común en el futuro.
Para que esto sea posible, se necesitan algunas de las cualidades que tiene el 5G. Para empezar, la latencia tiene que ser imperceptible. Hay que tener en cuenta que la lámpara de hendidura se controlará por remoto. Pero, además, las imágenes tienen que tener una altísima resolución, con lo que se necesita velocidad.
Retinopatía diabética
Entre las enfermedades en los ojos que podrían diagnosticarse está la retinopatía diabética. Ocurre porque un alto nivel de azúcar en los vasos sanguíneos lleva a que estos se hinchen. El desequilibrio en la retina puede conllevar la pérdida de visión. En algunos países, como el Reino Unido y Singapur, ya se han establecido programas para monitorizar esta enfermedad por telemedicina. Aunque se necesitan los dispositivos necesarios para aplicar retinografía, que permite ver el color de la retina.
En Estados Unidos se han puesto en marcha dos programas que permiten obtener imágenes de los pacientes en un médico de atención primaria. Después estas se envían a un centro, con información sobre la presión sanguínea y la glucosa en sangre, y los oftalmólogos examinan todos los datos. De forma que se puede llevar a cabo una ayuda al diagnóstico.
También el glaucoma, que si no se trata puede conducir a la ceguera, se puede vigilar mediante telemedicina. Existe a día de hoy tecnología para detectar a distancia los cambios en pacientes de glaucoma. Se necesitan para ello dispositivos de retinoagrafía conectados a una red para enviar las imágenes.
La idea es que existan instalaciones con estos equipos de oftalmología. Serían centros semiautomatizados donde los pacientes podrían acudir. Sin embargo, el oftalmólogo se encontraría a distancia, examinando los resultados. Es una fórmula para acercar el cuidado de los ojos a los lugares remotos o a personas con poca capacidad para desplazarse.
La suma de tecnologías para las enfermedades oculares: 5G, IA, 4K, IoT
En el Moorfields Eye Hospital, en Escocia, se llevó a cabo en 2019 la primera examinación en remoto de un ojo con resolución 4K. Se hizo a través de una red 5G, que permitió establecer comunicación entre Edimburgo y Londres. La alta calidad del vídeo permitía que el oftalmólogo percibiera hasta los detalles más pequeños. Y todo desde una distancia de cientos de kilómetros.
Pero el 4K no es la única tecnología que puede mejorar la práctica de teleasistencia en oftalmología. La inteligencia artificial también jugará un papel importante. Permitirá prediagnosticar posibles enfermedades en los ojos analizando imágenes. Una vez entrenados los algoritmos con fotografías de casos confirmados, un algoritmo podrá reconocer patrones con cierta precisión. Aunque evidentemente el juicio de un médico siempre será necesario.
Respeto a IoT, permitirá tener dispositivos de oftalmología conectados fuera de la consulta. El médico podrá estar en un lugar y los equipos en otro. Pero todo ello deberá estar conectado por una conexión de alta velocidad, baja latencia y máxima fiabilidad. El 5G completa la fórmula.
El futuro de la oftalmología pasa por los smartphones
En el campo del tratamiento en remoto de las enfermedades oculares no se puede pasar por alto la tecnología cotidiana. Igual que usamos nuestros smartphones para una videoconferencia con el médico, también podrían servir para aplicaciones más complejas. Es lo que probó el experimento del Moorfields Eye Hospital. Para captar las imágenes no se utilizó un equipo como el habitual, sino que el sistema se basó en un smartphone.
Los investigadores trabajaron con un smartphone acoplado a una lámpara de hendidura portátil, más manejable que las que suele haber en una consulta. El resultado fue que la imagen en tiempo real permitió examinar el ojo a gran resolución. Y una parte del sistema era tecnología común: un smartphone con un chip 5G.
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