En las organizaciones hay mecanismos que se comienzan a impulsar con mayor arrojo porque hay un miedo latente. Habrá industrias que no se verán favorecidas y otras que encontrarán en esta crisis una gran oportunidad y que convertirán esta situación en un impulsor para hacer cambios y ser creativas», indica Edgar Cateriano Castello, especialista en innovación y transformación de las organizaciones y estudiante del máster universitario de Innovación y Transformación Digital de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El experto añade que «ese impulsor de cambios y creatividad ya no es manipulado por el miedo, sino por las emociones y la expectativa por el éxito, de allí qué, dependerá de cómo se perciben y cómo se gestionan esas emociones para que se convierta en positivo o negativo, y lo podemos ver en empresas de distintos sectores que han innovado para llegar a sus clientes a través de diferentes canales. Otras han aprovechado la crisis para ofrecer de otra manera sus productos».
Con la abrupta transición al teletrabajo y la digitalización de los procesos productivos, según este mismo informe alrededor del 67 % de las empresas a escala mundial han pensado en invertir en la compra de nuevas tecnologías, una oportunidad para impulsar el proceso de transformación digital en sus organizaciones y un avance que, sin duda, requiere el entrenamiento de los trabajadores y el desarrollo de nuevas habilidades que garanticen una experiencia tecnológica ideal para sus clientes y mayor competitividad en el mercado.
«Definitivamente, la transformación digital tiene un impacto en la competitividad de las organizaciones porque, dadas sus características intrínsecas, permite evolucionar exponencialmente, algo que no permiten los procesos de transformación cuando son tradicionales. Se puede evidenciar en el último índice de competitividad global, pues, cuando lo cruzamos con el ítem de innovación global, vemos que las naciones que tienen más productos de innovación son más competitivas. Por esto se habla de transformación digital: no porque sea el único tipo de cambio, sino porque esta transición puede ser más veloz dadas las características de lo digital», explica el experto. Y las cifras lo demuestran: alrededor del 36 % de la población sudamericana cree que aquellos procesos que llevaría años alcanzar, con la emergencia sanitaria y el uso de las tecnologías, se desarrollaron en cuestión de meses.
Reinventarse en momentos de crisis
La palabra invención implica crear algo y hacer que funcione. Sin embargo, para Cateriano la reinvención no es suficiente: «Las empresas deben enfocarse en el para qué, en qué valor generará ese cambio en sus trabajadores, sus clientes, la sociedad; hay que colocar el foco en el cambio que se va a construir y no en la reinvención per sé, porque de repente ni siquiera es necesario reinventarse, sino que basta con una pequeña modificación para que se dinamicen los procesos. En la innovación la clave es la sustentabilidad de la empresa: lo que generas te generará ingresos, porque de lo contrario puede haber un desbalance».
Cada organización es un mundo, y cada una se está enfrentando al conflicto de sobrevivir en medio de una pandemia. Sin embargo, para el estudiante de la UOC, las empresas están tan presionadas por la caída de su mercado, de sus clientes, que piensan más en la supervivencia que en generar valor: «una creatividad afiliada a sobrevivir, y aunque la creatividad como fenómeno no se ve afectada, sí se ven afectados los resultados, la rapidez con la que se ejecuta y los motivadores que llevan a la creatividad, pero el fenómeno siempre será el mismo».
Creatividad empresarial sostenible
Con la pandemia, las empresas se han visto forzadas cada vez más a buscar una creatividad más preocupada por el medio ambiente y la sostenibilidad, y aunque es una inclinación que ya se estaba viendo, pensar en un interés más colectivo más allá del propio se ha convertido en una preocupación para las empresas como consecuencia del cambio climático: «Algunas empresas están tratando de actuar en consecuencia con políticas ambientales, pero todavía no es suficientemente significativo como para que se avizore un cambio transcendental. Si la humanidad no cambia su creatividad hacia una que sea más vinculante con la sostenibilidad del medio ambiente, el planeta seguirá enfrentándose a diversos problemas como los que estamos afrontando actualmente» concluye Cateriano.
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