Uno de los cambios más importantes es la inclusión de más datos de la región del Ártico, que ha sufrido uno de los mayores niveles de calentamiento del mundo.
Las modificaciones no cambian la tendencia a largo plazo, pero ahora los datos señalan que fue 2010, en lugar de 1998, el año más caluroso de la historia.
La actualización fue publicada en la revista Journal of Geophysical Research. El registro HadCRUT es recopilado por el Centro Hadley y la Unidad de Investigación del Clima de la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met Office), y es uno de los tres registros mundiales más utilizados por los climatólogos.
Los otros dos son realizados en Estados Unidos por la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
El director de la Unidad de Investigación del Clima, Phil Jones, explicó por qué es necesario revisar el registro. "El HadCRUT se basa en observaciones y teníamos claro que podía no estar midiendo con precisión los cambios en el Ártico porque hemos tenido muy pocos datos sobre esa zona", dijo. "Para la última versión, se han incluido las observaciones de más de 400 estaciones (de observación) en el Ártico, Rusia y Canadá", explica. "Esto nos permite una mejor representación de lo que está pasando en esa gran región geográfica”, agrega.
A pesar de las revisiones, la constante del calentamiento global no ha cambiado. Los científicos dicen que se ha mantenido en alrededor de 0,75ºC desde 1900.
Recipientes
Otro de los cambios introducidos al conjunto de datos HadCRUT es la forma en la que se registra la temperatura superficial del mar (TSM), lo que les permitió a los científicos a revisar y volver a calibrar los cálculos anteriores.
Con los avances tecnológicos de los últimos años, los barcos ahora tienen sensores electrónicos que pueden registrar con precisión la TSM. Este desarrollo ha puesto de manifiesto una anomalía sistemática en los métodos tradicionales de cotejo de los datos en el pasado. Esto provocó que se cambien los recipientes utilizados para recolectar el agua de mar para la medición y los lugares donde se hacen las mediciones.
Las mejoras en la forma que se mide la TSM les han permitido a los científicos recalcular los datos y hacer modificaciones en los datos recogidos en años anteriores. "Un ejemplo de ello es el rápido cambio en los tipos de mediciones que vemos en los archivos digitales de la época de la Segunda Guerra Mundial", explica Peter Stott, jefe de vigilancia del clima de la Met Office, el servicio meteorológico británico. "Las investigaciones han demostrado que las mediciones en esos recipientes eran en general más frías, por lo cual cuando vemos cambios de una fuente a otra, hay saltos artificiales en la temperatura. "Hemos cuantificado los efectos y los corregimos, lo que da una visión más clara de la evolución de las temperaturas globales", concluye el experto.
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Día Internacional de la Madre Tierra - 22 de abril
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