Los pueblos indígenas son los principales guardianes de los bosques del mundo. Gracias a sus prácticas ancestrales, han asegurado la conservación del 80% de la biodiversidad del planeta y los bosques que habitan proveen 1/3 de la solución al cambio climático. Reforzar el el respeto de sus derechos, elevar su importancia e incorporar su visión y conocimiento sobre la naturaleza, es determinante para alcanzar las metas climáticas, de desarrollo y conservación.
En Colombia, uno de los países con más alta biodiversidad del planeta, hay 102 pueblos indígenas, distribuidos en diferentes zonas del país, en territorios que suman más de 26 millones de hectáreas. La propiedad colectiva de los resguardos indígenas representa aproximadamente el 46% del bosque natural en Colombia, determinante para la protección y provisión de agua de las ciudades y la producción agrícola en la región Andina, así como la conservación de áreas de gran valor natural y para la provisión de agua como la Sierra Nevada de Santa Marta.
En la región amazónica, más de la mitad de los bosques están habitados por comunidades indígenas y, por ello, son clave en los procesos de conservación de la vida silvestre y la reducción de amenazas como la deforestación. En los bosques de los resguardos indígenas amazónicos se almacena algo más del 40% del carbono de todos los bosques del país y el 60% del que se almacena en los bosques de la Amazonía colombiana.
Mantener las reservas de carbono de estos bosques es fundamental en la lucha contra el cambio climático. Sin los resguardos indígenas, es imposible garantizar la conectividad entre las Áreas Protegidas de la región: la gran distancia que hay entre estas es ocupada por territorios indígenas con alto grado de conservación.
Los pueblos indígenas aportan al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente al ODS 13- Acción por el Clima y al 15- Protección de ecosistemas terrestres, conservando sus territorios con base en los conocimientos de sus ancestros. Su visión de los territorios es vital para enfrentar la actual crisis climática y apoyar al Gobierno en la implementación del Acuerdo de París y otros compromisos internacionales.
Sin embargo, los pueblos indígenas enfrentan preocupantes amenazas que van desde la degradación de sus territorios por proyectos extractivos, hasta el riesgo para sus vidas y sus derechos.
De acuerdo con la Comisión de la Verdad, de los 102 pueblos indígenas que hay en Colombia, 68 están en riesgo por cuenta del conflicto armado y han tenido que vivir desplazamientos debido a la violencia que azota sus territorios. La Organización Indígena de Colombia, ONIC, ha denunciado en múltiples oportunidades su necesidad de protección y mayor apoyo y respaldo estatal.
Los pueblos indígenas han manifestado en diversas ocasiones los principales retos que enfrentan al ser guardianes de sus territorios, insistiendo en que deben ser escuchadas y abordadas, fortaleciendo el diálogo entre todos los actores, para así salvaguardar la vida y la permanencia en sus territorios. De acuerdo con el IPPC, la protección de los derechos de los pueblos indígenas sobre sus territorios es fundamental para proteger la biodiversidad del mundo, proteger los ecosistemas amenazados y restaurar las tierras degradadas.
WWF hace un llamado al Gobierno y a todos los colombianos para reforzar los proceso de diálogo, y aumentar los esfuerzos para proteger sus derechos, visiones y territorios.
Fortalecer los procesos de diálogo nunca había sido tan urgente. No será posible asegurar la conservación de la biodiversidad si no logramos una visión holística que integre a los pueblos indígenas, que garantice el respeto por sus territorios y que contribuya a la conservación y a la financiación de los esfuerzos que las comunidades emprenden por protegerlos.
WWF es la principal organización de conservación global, con presencia en más de 100 países y que cuenta con el apoyo de más de 5 millones de socios. Las acciones de WWF están enfocadas en seis grandes objetivos: especies, bosques, océanos, agua dulce, alimentación, clima y energía. WWF tiene además tres líneas de acción transversales: gobernanza política y social, finanzas y mercados.
Un proyecto, acompañado por la ONU, demuestra lo necesario que es el involucramiento de las comunidades en la preservación y protección de los ecosistemas y las áreas naturales que oxigenan el planeta y otorgan el alimento y otros recursos vitales.
Día Internacional de la Madre Tierra - 22 de abril
Los investigadores del MIT están desarrollando un sistema para reducir las emisiones de este potente gas de efecto invernadero en las granjas lecheras y otros sitios.
Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad de Almería ha determinado la utilidad de la silicona para detectar la presencia de contaminantes procedentes de la combustión de combustibles fósiles, como la que producen los coches. Los expertos evalúan cinco posibles captadores de estos agentes nocivos y establecen un método barato, que no perjudica la actividad de la colmena, para medir la calidad del aire a unos ocho kilómetros a la redonda.
En los últimos años, se viene discutiendo la importancia de crear una ética, tanto en la creación como en el uso de la Inteligencia Artificial (IA), en el entorno digital. La importancia de este tema quedó patente durante el 2º Foro Mundial sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, celebrado los días 5 y 6 de febrero de 2024 en Kranj, Eslovenia, donde se congregaron científicos, expertos, especialistas y empresarios. En el evento se compartieron múltiples experiencias que buscaron integrar las perspectivas del sector privado, el académico y la sociedad en general, con miras a establecer una normativa ética global que regule la creación de un ecosistema de IA responsable, en beneficio de toda la población.
Los expertos advierten del impacto del uso del suelo en la capacidad de retención y recarga de los acuíferos. Los cambios en el paisaje, especialmente en las cuencas hidrográficas, están alterando la tasa de infiltración de la precipitación, afectando directamente la cantidad y calidad del agua disponible para consumo humano y otros usos.