Lo recuerdo bien porque, al verlo, sentí una mezcla totalmente irracional de asombro, asco, incredulidad y miedo. Imagino que la misma reacción sintieron en 1867 los arqueólogos que excavaron la tumba romana de la ciudad alemana de Espiro donde se encontró el vino más viejo del mundo: una botella que databa del año 325 d. C.
¿Un vino con 1700 años? Bueno, quizás llamarlo vino es algo generoso por nuestra parte. En la tumba se encontraron varias botellas y, una de ellas, casi de forma milagrosa, contenía líquido. Tras analizarla con detalle, todo parece indicar que era una mezcla de uvas locales, hierbas y aceite de oliva. Precisamente ese aceite (que mantuvo el mosto aislado del aire de la botella) y, a su vez, el sello de cera (que, a su vez, aisló todo de unas condiciones de frío y humedad que no debieron de ser nada malas).
¿Se puede ver? Sí, tradicionalmente, la botella de vino de Espiro ha estado expuesta en el Museo Histórico del Palatinado. Allí, se podía contemplar la curiosa botella de vidrio con asas en forma de delfín y el líquido turbio del interior. Durante décadas, los curadores del museo se han negado a retirar el sello de la botella para conservar el líquido en buenas condiciones, pero recurrentemente siempre hay investigadores que quieren abrirlo.
Espera, espera.. ¿se podría beber? Y es que, aunque según los análisis fotométricos, ya no contiene alcohol, probablemente todavía sea seguro beberlo. Y, más aún, hay cosas que solo se pueden saber una vez la botella se abra y el vino se pueda analizar con otras técnicas. ¿Tiene sentido destrozar un milagro del patrimonio mundial para entender mejor cómo evolucionan los líquidos orgánicos a lo largo del tiempo? Cada uno tendrá su opinión, pero la respuesta no es fácil y, por supuesto, está muy lejos de resolverse.
Cuando el vino deja de poder beberse. Por supuesto, nadie piensa que "eso" (no me atrevo a calificarlo de otra manera) esté bueno. De hecho, se da por hecho que debe saber a rayos. Como explicaban nuestros compañeros de Magnet, "sólo un abanico limitado de vinos envejecen bien. Suelen ser caros y tener un bajo PH y una alta densidad de compuestos fenolíticos. En general, el alcohol aguanta bien el paso del tiempo siempre y cuando no entre en contacto con el aire exterior, pero los caldos son elementos vivos y su sabor es susceptible de cambiar".
Esto se traduce en que, aunque hay "quienes guardan como oro en paño botellas de 1920", la inmensa mayoría de vinos de antes de 1950 ya se tienen como afán coleccionista, "como quien compra un cuadro original de Gauguin para tenerlo en la caja fuerte". No pagabas el valor enológico: pagas su valor histórico, simbólico y cultural. Justo los valores que convierten el vino de Espiro en una pieza de relevancia histórica internacional.
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La ola de despidos en las grandes tecnológicas es un problema de alcance global. Amazon, Google, HP, IBM, Meta, Microsoft, Spotify, Salesforce, Philips. La lista de las compañías afectadas por esta tendencia es enorme. Sin embargo, hay algunas excepciones. Entre ellas destacan las estadounidenses Apple y OpenAI.
Las reacciones adversas a medicamentos (RAM) no son algo nuevo en la historia de la humanidad. El ejemplo más claro de efecto no deseado de un fármaco es, sin duda, la tragedia causada por la talidomida.
La computación ha vivido pequeñas grandes revoluciones en muy poco tiempo. Por un lado, sus componentes se han ido miniaturizando hasta lograr que hoy tengamos en nuestras manos smartphones mucho más potentes que los antiguos ordenadores que ocupaban habitaciones enteras. Y, por otro lado, la capacidad de esos dispositivos hace posible que podamos recrear mundos virtuales, crear réplicas de nosotros mismos o encontrar soluciones a grandes problemas. Y para seguir avanzando, los investigadores apuestan por la computación neuromórfica o sistemas neuromórficos.
En 1974, los científicos Frank Sherwood Rowland y Mario Molina dieron a conocer que los gases clorofluorcarbonados utilizados en refrigeradores, aires acondicionados, aerosoles y spray de laca, entre otros productos, se dispersan en la estratosfera expulsando una alta condensación de átomos de cloro que degradan la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta emitidos por el sol. Posterior a esto, un alto representante de DuPont, una de las más reconocidas industrias químicas a nivel mundial, estimó que la investigación era un “cuento de ciencia ficción”, un “montón de basura” y una “absoluta idiotez”. Sin embargo, en 1987, bajo el Protocolo de Montreal, se establecieron las medidas necesarias para controlar y disminuir poco a poco hasta eliminar el uso de cerca de 100 componentes químicos que afectan sustancialmente la capa de ozono.
Investigadores de la Universidad de Birmingham proponen un método para adaptar los hornos actuales que permitiría sustituir el 90 % del coque utilizado habitualmente por este sector.
Los galardones reconocen la divulgación de la óptica y la fotónica en medios de comunicación y centros educativos.