Un grupo de investigadores de la Universidad de Bristol en colaboración con la Agencia Estatal para la Gestión de Zonas de Exclusión de Ucrania han realizado esta tarea. La idea era probar diferentes robots, drones y otros artefactos que pudiesen moverse por la zona radiactiva cerca de la central nuclear de Chernóbil. Tras experimentar con varios dispositivos, el perro robot Spot de Boston Dynamics parece haber sido el elegido por su agilidad para moverse por diferentes terrenos.
Patrullando áreas radiactivas
Según indica el medio ucraniano Ukrinform, durante las pruebas se realizaron diferentes medidas para evaluar la distribución de materiales radiactivos en la zona y en el espacio. Se llevaron a cabo estas medidas en dos sectores donde se almacena temporalmente desechos radiactivos y en dos vertederos de desechos radiactivos de la zona.
Gracias a los sensores que tiene Spot y a los que se le añadió, los investigadores podrán tener un mapa 3D actualizado de las zonas donde el robot patrulló. Con esto se podrá saber con más certeza y de forma actualizada cuáles son los niveles de radiación exactos en cada lugar.
La prueba de fuego para Spot sería entrar en la zona altamente radiactiva. La historia nos dice que los robots no se llevan muy bien con la radiactividad, uno enviado precisamente a Chernóbil murió casi al instante. Más recientemente en Fukushima se probó con distintos robots también, lo consiguen a duras penas.
Spot, que cuesta unos 75.000 dólares, de momento parece ser que se mantendrá en zonas relativamente seguras para él. En todo caso, es mucho más viable utilizar al robot que enviar personas a realizar las mediciones de radiactividad del área. Y pocos robots pueden presumir de hacer mejor su trabajo ahora mismo que Spot.
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La herramienta, creada por investigadores de España y EE UU, ayudará a predecir la evolución del cáncer en pacientes a partir de las propiedades mecánicas y del área donde se desarrolla, que se pueden conocer a través de una biopsia o técnicas de imagen.
Un ChatGPT español no suena nada descabellado en un mundo impulsado por avances tecnológicos cada vez más veloces y en el que la inteligencia artificial (IA) ha demostrado su capacidad para adaptarse y abrir nuevas posibilidades en diversos campos. En este sentido, durante el Mobile World Congress (MWC) España ha dado un paso importante hacia el futuro con el desarrollo de su propio Large Language Model (LLM) entrenado en español y lenguas cooficiales.
Hormigas, abejas y termitas son algunos de los animales que expelen sustancias que les permite comunicarse entre sí (estigmergia), optimizando la coordinación de sus colonias y su relación con el entorno. Este comportamiento se simuló en laboratorio con un enjambre de pequeños robots, mediante luz ultravioleta, y sus resultados son positivos para la industria, ya que en un futuro esta capacidad de inteligencia grupal y conocimiento compartido permitiría clasificar objetos en bodegas o granjas, por ejemplo. Además, mediante inteligencia artificial (IA) desarrollaron aprendizaje automático.
Este enfoque, más rápido y preciso que algunas alternativas, podría resultar útil para robots que interactúan con humanos o trabajan en espacios reducidos.
Se está debatiendo mucho sobre el papel de la inteligencia artificial en el ámbito laboral y el impacto que esta nueva tecnología tendrá en tareas repetitivas. La Generación Z formada por los jóvenes que están empezando su carrera laboral ahora, será la principal afectada por la irrupción de la IA, pero ya está comenzando su contraofensiva: utilizar la IA como entrenador para conseguir un empleo.
Cada día es una historia nueva con la IA. Si hace unas semanas era Sora, ahora es EMO la inteligencia artificial generativa que nos deja impresionados. Y al contrario de lo que suele ser habitual, en este caso no viene ni de OpenAI ni de Google ni de ninguno de los grandes actores del panorama. La nueva IA viene de China, pues ha sido presentada por Alibaba.