El proyecto FOAM2FOAM desarrolla un nuevo proceso de reciclado químico para residuos como espumas de muebles o automóviles, envases, aislamientos de construcción, calzado deportivo o electrónica.
El objetivo es escalar el proceso a planta piloto para obtener materias primas mediante glicólisis catalítica, de forma que se pueda evitar la explotación de fuentes no renovables.
El poliuretano es un material que se presenta en multitud de formas, desde las más flexibles hasta otras muy rígidas, pasando por otras que destacan por su ligereza. Precisamente por ello tiene numerosas aplicaciones, que van desde los espumados para automoción o mobiliario, pasando por envases, hasta aislamientos para construcción, electrónica o en forma de suela de calzado deportivo.
El hecho de que no tenga una logística sencilla por su variada procedencia, y de que suela estar muy mezclado con otros materiales, hacía que la mayor parte de las veces acabara en vertedero y que su reciclado hasta ahora se realizara por la vía mecánica con la obtención de un material de escaso valor añadido.
El objetivo del proyecto FOAM2FOAM, que se enmarca en la convocatoria nacional de I+D Retos Colaboración, y cuenta con la financiación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, es aplicar el reciclado químico a estos residuos descomponiendo el material con calor, químicos o catalizadores en un proceso denominado glicólisis catalítica que permite obtener nuevas materias primas denominadas polioles verdes. De esta forma, se evita recurrir a materias primas de fuentes no renovables para fabricar nuevos productos.
El objetivo del proyecto es escalar el proceso a nivel de planta piloto y analizar su eficiencia. Para ello se ha creado un consorcio liderado por Titan Recycling Solutions, en el que también participan Arcesso Dynamics y AMB Electrónica de Brescia en el que también participan los centros tecnológicos Gaiker y AIMPLAS.
AIMPLAS es el Instituto Tecnológico del Plástico ubicado en Valencia y está inscrito en el Registro de Centros Tecnológicos del Ministerio de Economía y Competitividad. Pertenece a la Federación Española de Centros Tecnológicos, FEDIT, y a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana, REDIT.
Un estudio del CSIC diseña cepas de la bacteria ‘Pseudomonas putida’ capaces de utilizar residuos plásticos como nutrientes para transformarlos en bioplásticos degradables o compostables
La contaminación de agua por mercurio y otros metales pesados –como el plomo, común en zonas mineras– la deja no consumible, pone en riesgo la salud de todo ser vivo y aumenta la posibilidad de deforestación en las riberas. Una investigación adelantada en el municipio de El Bagre (Antioquia), con agua del río Nechí, mostró la eficiencia –entre 99,64 y 99,77 %– de un método de remoción de mercurio empleando electrodos de aluminio. Este método “separa” el metal del agua, como si se tratara de aceite, dejándola lista para consumo humano.
Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha optimizado un sistema de ultrasonido para la extracción de compuestos beneficiosos para la salud a partir de residuos agroforestales. De esta manera, se podrán incluir como complementos nutricionales y farmacéuticos de una manera más asequible.
Desde hace más de 200 años el diamante ha estado en la cumbre de la escala de Mohs, la escala que mide la dureza de los minerales. Los diamantes son más que una piedra brillante, son el epítome de la dureza. Ahora puede que contemos con un mineral aún más duro, aunque por el momento, tan solo en la teoría.
Una enzima artificial basada en una proteína producida por una anémona que podemos encontrar en prácticamente cualquier costa española puede degradar el PET.
El ICMM-CSIC consigue optimizar la creación de materiales grafíticos, semejantes al grafeno, con aplicaciones clave para una energía sostenible como el almacenamiento de hidrógeno.