Jackson Fernando Mosos Patiño, magíster en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien realizó el diagnóstico, advirtió que si bien los generadores sabían que estaban a cargo de los desechos radiactivos, no tenían claro cómo caracterizar, medir y determinar su nivel de peligrosidad o radiactividad.
A la par con el diagnóstico realizado, el magíster elaboró una guía técnica que le permite a los generadores de estos materiales conocer y comprender los requerimientos de la normativa del Ministerio de Minas y Energía.
Su propuesta representa una alternativa de solución a la problemática que ha presentado la aplicación de la resolución 180005, desde 2009, la cual establece el reglamento para la gestión de los desechos radiactivos en Colombia.
“A nivel nacional se presentaron muchas dificultades para que el generador interpretara los criterios técnicos que señala esa norma, emitida para más de 400 instalaciones que generan desechos radioactivos en el país”, manifiesta el investigador, quien agrega que aunque la norma señala qué parámetros se deben cumplir, no es muy clara en cómo conseguirlos.
El magíster espera aportar a esta situación con una guía de fácil entendimiento dirigida a los generadores de desechos radioactivos, la cual incluye elementos básicos que les permite proponer programas de gestión de desechos óptimos según sus características.
Los generadores del país
El trabajo partió del diagnóstico sobre cuáles son los generadores en el país, qué tipo de desechos radiactivos producen y qué tan cercano es el manejo que se les da a lo planteado en la normativa.
Para esto se consultó al Sistema de Información de la Autoridad Reguladora Nuclear SIAR-XUE, el cual mantiene un registro actualizado y cuenta con registros históricos desde la década de los años 90 de las instalaciones radiactivas del país, del material manejado en cada una de ellas, de las actividades asociadas a su aprovechamiento, de las personas ocupacionalmente expuestas a las radiaciones emitidas por fuentes radiactivas, así como del historial de autorizaciones e inspecciones de control realizadas por el Servicio Geológico Colombiano (SGC) en desarrollo de las funciones de autoridad nuclear.
Para que los resultados se aproximaran a la caracterización de la situación actual, el investigador tomó como ventana de observación el intervalo entre febrero de 2015 y diciembre de 2017. Cada hallazgo surgía cuando se evidenciaba una desviación sobre uno de los requisitos especificados en la normativa colombiana y en estándares internacionales.
Se obtuvieron resultados como que la práctica de medicina nuclear presenta mayor frecuencia de hallazgos relacionados con la gestión de desechos radiactivos con un 53 % del total. En segundo lugar de frecuencia se encuentra la práctica de radioterapia (braquiterapia y teleterapia) con un 16 %. Esto revela que las prácticas médicas son las que estadísticamente presentan la brecha de mayor tamaño, situación que se tuvo en cuenta para elaborar los contenidos de la guía.
Dos grupos de generadores
Según explica el investigador, existen dos grupos de aplicaciones en los que se pueden clasificar los generadores de residuos radiactivos. Por un lado están las aplicaciones industriales, que representan alrededor del 60 % de los 400 generadores existentes en el país.
“Dentro de esta área es muy importante el uso de material radioactivo en la industria asociada al petróleo y la minería, además del sector manufacturero, donde las fuentes radioactivas son muy usadas en el control de procesos y de calidad de los productos”, indica el magíster.
Por otro lado, el otro gran grupo son las aplicaciones médicas, al que pertenecen cerca del 40 % de los generadores. “Especialmente se utiliza material radioactivo para actividades de diagnóstico y de terapia”, señala el investigador.
Con base en ese diagnóstico, se elaboró la guía con indicaciones para que los generadores establezcan programas de manejo adecuados. Este documento se presentó de manera anexa a la investigación como una herramienta de fácil entendimiento para que a partir de la información básica de los desechos que cada entidad genera, puedan clasificarse en determinados grupos a partir de los cuales se tomaran decisiones.
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