Sin embargo, comparado con los países líderes que ya alcanzaron altos niveles de cobertura y calidad de infraestructura y servicios de transporte, ALC tiene aún un importante desafío por delante:
ALC enfrenta el doble desafío de cubrir la brecha de infraestructura vial y, a la vez, reducir en 50% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030. Este es un reto adicional que no tenían los países líderes cuando desarrollaron la mayor parte de su infraestructura de transporte. Mundialmente, las emisiones de GEI asociadas al transporte representan alrededor de 16% del total. En ALC la contribución es superior, pues asciende al 40% de emisiones totales de CO2, seguido por los sectores de electricidad (22%), industria (15%) y residencial (5%).
¿Cómo hacer frente al doble desafío?
La respuesta es el principio de cero emisiones netas. En infraestructura vial implica considerar tanto el ciclo de vida de la obra como su operación y mantenimiento. Respecto a esto último, existen ya importantes avances en:
Respecto al ciclo de vida de una infraestructura carretera, la evidencia científica indica que la mayor parte de las emisiones se concentran en la producción de materiales durante la fase de construcción (70%) y en la iluminación durante la operación (13%). Esto es similar a lo que ocurre para otro tipo de infraestructuras, como lo es la construcción de edificios y la iluminación urbana.
Según instituciones internacionales líderes del sector, el camino hacia cero emisiones netas requiere implementar acciones en tres áreas:
El sector de infraestructura de transporte ha avanzado mucho en las últimas décadas en materia de sostenibilidad, a partir de la inclusión de salvaguardias ambientales y sociales. Los desafíos planteados por la aceleración del cambio climático requieren ahora tomar acciones decisivas que conduzcan, en paralelo, a contar con infraestructuras viales resilientes y de cero emisiones netas en el mediano plazo, y a cerrar la brecha de infraestructura en la región –estimada en 740 mil millones de dólares–, apalancando los consiguientes impactos positivos en inclusión y calidad de vida de la población en la región.
Néstor Roa
Néstor H. Roa actualmente es Jefe de la División de Transporte del BID. Anteriormente tuvo varias responsabilidades dentro del Banco incluyendo la gerencia interina del Departamento de Infraestructura y Medio Ambiente (INE) y la coordinación de la actividad operativa de la División de Transporte de México, América Central y el Caribe. Asimismo fue líder y miembro de equipo para varios proyectos de transporte, energía y telecomunicaciones. Antes de unirse al Banco, en 2001, Néstor tuvo una exitosa carrera en el sector público colombiano, ámbito en el que su último cargo fue el de Director y Comisario de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC). También trabajó en el Departamento Nacional de Planeación, donde fue Director de Infraestructura y Energía, Jefe de la División de Transporte, Director de la División de Política y Especialista en Infraestructura de Transporte. También ha trabajado en el sector privado colombiano. Néstor tiene una Maestría en Gestión de la Tecnología de la Escuela de Negocios Sloan del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), una Maestría en Ingeniería de Virginia Tech y una licenciatura en Ingeniería Civil de la Universidad Javeriana de Bogotá.
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Trabajamos para mejorar la calidad de vida en América Latina y el Caribe. Ayudamos a mejorar la salud, la educación y la infraestructura a través del apoyo financiero y técnico a los países que trabajan para reducir la pobreza y la desigualdad. Nuestro objetivo es alcanzar el desarrollo de una manera sostenible y respetuosa con el clima. Con una historia que se remonta a 1959, hoy somos la principal fuente de financiamiento para el desarrollo para América Latina y el Caribe.
El Informe Planeta Vivo 2022 es un estudio exhaustivo de las tendencias de la biodiversidad mundial y la salud del planeta. Esta publicación emblemática de WWF revela un descenso medio del 69% en las poblaciones de especies desde 1970. Aunque los esfuerzos de conservación están ayudando, es necesario tomar medidas urgentes si queremos revertir la pérdida de naturaleza.
Más de un tercio de los bosques del Amazonas han sido degradados por la actividad humana, una extensión mucho mayor de la que se pensaba, advierte un equipo internacional de 35 científicos en un artículo que se ha publicado esta semana en la revista Science.
Los científicos analizaron más de 85 000 lagos en todo el mundo en el primer recuento mundial del color de los lagos.
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