Los plásticos biodegradables –plásticos que pueden ser degradados por microrganismos– están emergiendo como alternativa para evitar la acumulación de plásticos en el medio ambiente durante largos periodos de tiempo.
Ahora, un estudio publicado en la revista Environmental Science: Nano, revela que uno de los más comunes de estos plásticos biodegradables, el polihidroxibutirato (PHB), libera durante su proceso de degradación ‘nanoplásticos’ que producen efectos tóxicos sobre organismos de los ecosistemas acuáticos.
Los nanoplásticos son fragmentos 400 veces más finos que el grosor de un cabello humano. “Incluso en cortos periodos de tiempo, bajo condiciones similares a las que aparecen en la naturaleza, los plásticos biodegradables, como los basados en polihidroxibutirato, generan nanoplásticos de unos 200 nanómetros”, declara Miguel González-Pleiter, primer firmante del trabajo e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Los nanoplásticos son fragmentos 400 veces más finos que el grosor de un cabello humano
Estudios anteriores habían evaluado los efectos que producen los nanoplásticos sobre los organismos presentes en los ecosistemas, pero siempre se trataba de nanoplásticos sintetizados directamente en el laboratorio. Por primera vez se han estudiado los efectos de nanoplásticos secundarios, es decir, aquellos generados tras la degradación de los plásticos bajo condiciones similares a las de la naturaleza. “Se trata de una aproximación más cercana a lo que puede estar ocurriendo en los ecosistemas acuáticos continentales hoy en día”, afirman los autores de la investigación.
Efectos tóxicos
Los resultados muestran que los nanoplásticos obtenidos tras la degradación de plásticos de polihidroxibutirato ejercen efectos tóxicos sobre dos productores primarios de aguas continentales, concretamente un alga y una cianobacteria.
Los productores primarios tienen un papel clave en los ecosistemas, pues son la base de la red trófica, de modo que si estos se ven afectados todo el ecosistema puede sufrir daños.
El trabajo, en el que también participan investigadores de la Universidad de Alcalá (UAH), analizó además los efectos que dichos nanoplásticos producen en niveles superiores de la red trófica. De acuerdo con los resultados, los nanoplásticos también producen efectos sobre consumidores primarios (en concreto sobre un crustáceo representativo de su nivel trófico).
Ejercen efectos tóxicos sobre dos productores primarios de aguas continentales, concretamente un alga y una cianobacteria
Por último, los investigadores analizaron el mecanismo detrás de la toxicidad de los nanoplasticos sobre los organismos acuáticos, encontrando mecanismos de acción similares al de nanopartículas de otros materiales.
Acumulación de plástico
Hoy en el mundo se producen anualmente más de 300 millones de toneladas de plásticos. Estos son compuestos ligeros, de gran durabilidad, resistentes y de bajo coste, características que han conducido a su elevado uso en sectores estratégicos como agricultura, industria, medicina, construcción y paquetería.
Las mismas propiedades que permiten su estabilidad y durabilidad también son las responsables de dificultar su degradación en la naturaleza, generando acumulación en distintos compartimentos ambientales, como los océanos, donde se van degradando a plásticos más pequeños que podrían estar generando efectos nocivos sobre los ecosistemas.
Referencia bibliográfica:
Miguel González-Pleiter, Miguel Tamayo-Belda, Gerardo Pulido-Reyes, Georgiana Amariei, Francisco Leganés, Roberto Rosal and Francisca Fernández-Piñas. “Secondary nanoplastics released from a biodegradable microplastic severely impact freshwater environments”. Environ. Sci.: Nano, 2019, 6, 1382–1392. DOI: 10.1039/c8en01427b
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