En consonancia con los compromisos de política ambiental y en el marco del Plan Propio del Vicerrectorado de Smart-Campus, la Universidad de Málaga desarrolla un proyecto que servirá para mejorar la seguridad y el impacto ambiental de los sistemas de recarga de vehículos eléctricos.
Tras un proyecto inicial, que servía para integrar TIC a cargadores avanzados de vehículos eléctricos para controlar el acceso a los mismos, el proyecto ‘Smart and Secure EV Urban Lab II’ avanzará ahora en la integración de técnicas de ciberseguridad en microgrids con cargadores de vehículos eléctricos.
Una microgrid es una red eléctrica descentralizada, compuesta por pequeñas y diversas fuentes de energía que operan en paralelo o de forma autónoma con respecto a la red principal. El objetivo principal de una microgrid es conseguir un suministro eléctrico más fiable y eficiente, dar una mayor calidad en el servicio eléctrico y hacerlo más seguro y sostenible.
Alicia Triviño y Cristina Alcaraz, profesoras de las escuelas de Industriales e Informática respectivamente, lideran este proyecto, que servirá para diseñar y construir una microgrid con un sistema de generación y almacenamiento de energía eléctrica procedente de fuentes de energías renovables, dotada de puntos de recarga.
Para monitorizar de forma segura los flujos de potencia, el proyecto implementará servicios avanzados de seguridad relacionados con la conciencia situacional, la trazabilidad, la auditoría y la responsabilidad.
Es una institución privada sin ánimo de lucro impulsada por la Consejería de Conocimiento, Investigación y Universidad de la Junta de Andalucía. Creada en 2010 bajo un marco legal determinado, nuestro patronato está formado por 22 instituciones de avalado prestigio en investigación y divulgación de la región: universidades, centros de investigación y divulgación, asociaciones, etc.
La sostenibilidad se convirtió en la primera preocupación para el mundo actual, por esto las empresas de todo el globo tratan de adaptarse a los cambios.
Un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado una metodología que define el espacio cultivable entre módulos fotovoltaicos de dos ejes, con el objetivo de impulsar la reconversión a la producción agrivoltaica de plantas ya existentes. Usando como base una instalación fotovoltaica real ubicada en Córdoba, el modelo revela las zonas cultivables entre colectores.
Hace ya casi tres años, en junio de 2021, celebramos la llegada a las instalaciones de ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor experimental de fusión nuclear que un consorcio internacional liderado por Europa está construyendo en Cadarache (Francia), del solenoide central. Este componente es el corazón del complejo motor magnético del reactor, y no es otra cosa que un potentísimo imán superconductor con unas dimensiones colosales.
La molienda mecánica destaca por su relativa simplicidad, bajo costo y capacidad para llevarla a escala industrial, lo que la convierte en una opción idónea para fabricar paneles solares fotovoltaicos. Mediante esta técnica, ingenieros caracterizaron nanopartículas (de tamaños imperceptibles al ojo humano) de silicio y óxido de zinc que servirían para mejorar las celdas solares, es decir los dispositivos que convierten la radiación solar en energía eléctrica.
Un equipo de investigación del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla y de la Plataforma solar de Almería (PSA-CIEMAT) ha validado un nuevo tratamiento en el proceso que utiliza la luz del sol para producir hidrógeno. Los resultados demuestran que se obtiene una mayor producción de esta fuente de energía limpia y con un menor coste, incluso en condiciones meteorológicas adversas.
En la región del polo sur de la Luna existen zonas donde nunca luce el Sol y otras donde siempre llegan sus rayos. Para que los vehículos puedan operar en esas condiciones, y con fondos de la Agencia Espacial Europea, investigadores de España y Reino Unido desarrollan sistemas que combinan paneles solares, baterías y generadores termoeléctricos de radioisótopos.