Con el objetivo de conseguir cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 e impulsar la energía verde, Nestlé España, en colaboración con la empresa de servicios energéticos Bioenergy Ibérica, instalará una caldera de biomasa en su fábrica de chocolates ubicada en La Penilla de Cayón (Cantabria).
La nueva caldera utilizará la cascarilla resultante del proceso de torrefacción del cacao como materia prima para la obtención de vapor. De esta manera y debido a su enorme poder calorífico, la cascarilla de cacao se valorizará energéticamente como biocombustible. Como resultado, se impulsará la economía circular dentro de la factoría, ya que dicho vapor se utilizará de nuevo en el proceso de tostado del cacao.
La caldera, que se prevé que entre en funcionamiento en el primer semestre de 2022, generará cerca de 12.500 toneladas de vapor al año, lo que supondrá el 10% del vapor total producido. Además, comportará reducir en casi 2.500 toneladas las emisiones de CO2 que se producen anualmente tanto de forma directa como indirecta en la factoría.
La factoría cántabra de Nestlé también se considera “cero residuos a vertedero”, al minimizar la generación de los mismos y fomentar su reutilización, reciclaje o valorización.
Además, en diez años, este centro de producción ha disminuido en más de un 83% el uso de agua, en más de un 16% el consumo de energía y en casi un 8% las emisiones en kilogramos de CO2 por tonelada producida.
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La sostenibilidad se convirtió en la primera preocupación para el mundo actual, por esto las empresas de todo el globo tratan de adaptarse a los cambios.
Un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado una metodología que define el espacio cultivable entre módulos fotovoltaicos de dos ejes, con el objetivo de impulsar la reconversión a la producción agrivoltaica de plantas ya existentes. Usando como base una instalación fotovoltaica real ubicada en Córdoba, el modelo revela las zonas cultivables entre colectores.
Hace ya casi tres años, en junio de 2021, celebramos la llegada a las instalaciones de ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor experimental de fusión nuclear que un consorcio internacional liderado por Europa está construyendo en Cadarache (Francia), del solenoide central. Este componente es el corazón del complejo motor magnético del reactor, y no es otra cosa que un potentísimo imán superconductor con unas dimensiones colosales.
La molienda mecánica destaca por su relativa simplicidad, bajo costo y capacidad para llevarla a escala industrial, lo que la convierte en una opción idónea para fabricar paneles solares fotovoltaicos. Mediante esta técnica, ingenieros caracterizaron nanopartículas (de tamaños imperceptibles al ojo humano) de silicio y óxido de zinc que servirían para mejorar las celdas solares, es decir los dispositivos que convierten la radiación solar en energía eléctrica.
Un equipo de investigación del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla y de la Plataforma solar de Almería (PSA-CIEMAT) ha validado un nuevo tratamiento en el proceso que utiliza la luz del sol para producir hidrógeno. Los resultados demuestran que se obtiene una mayor producción de esta fuente de energía limpia y con un menor coste, incluso en condiciones meteorológicas adversas.
En la región del polo sur de la Luna existen zonas donde nunca luce el Sol y otras donde siempre llegan sus rayos. Para que los vehículos puedan operar en esas condiciones, y con fondos de la Agencia Espacial Europea, investigadores de España y Reino Unido desarrollan sistemas que combinan paneles solares, baterías y generadores termoeléctricos de radioisótopos.