El nuevo proceso ha demostrado una eficacia significativa en la reducción de la contaminación ambiental por desechos tóxicos. Fuente Agencia de Noticias UN

Las vinazas son un compuesto conformado por polisacáridos, alcoholes superiores y derivados fenólicos, entre otros. Fuente Agencia de Noticias UN

El impacto ambiental producido por la industria alcoholera ha sido una preocupación constante de la Universidad Nacional de Colombia (U. N.), motivo por el cual, desde los años 80, se comenzó a investigar sobre diversos métodos para eliminar la vinaza.

Este es un proceso complejo y costoso que se ha convertido en uno de los factores determinantes en la clausura de decenas de destilerías departamentales, dado que es un requisito indispensable para obtener las respectivas licencias ambientales.

La vinaza generada al producir 100 litros de alcohol por fermentación equivale a la contaminación que producirían mil personas en sus actividades cotidianas, explica Luis Alfonso Caicedo Mesa, quien se desempeñó como docente del Departamento de Química de la U.N.

Como las mieles y melazas tienen otros compuestos que no pueden fermentarse, continúan su tránsito sin alterarse, y junto con otros subproductos conforman las vinazas.

Tras someterlas a temperaturas de 150 grados centígrados y altas presiones en un reactor especial, se obtuvo una vinaza parcialmente oxidada, en cuyo proceso dejaban de producirse sustancias tóxicas que al recircularlas habrían podido afectar la fermentación.

El nuevo procedimiento, además de contribuir a mejorar el rendimiento de las levaduras y eliminar la cantidad de sustancias tóxicas, aumenta el porcentaje de azúcares reductores.

Otros procedimientos

Cada vez que se realiza una destilación para obtener alcohol, dependiendo de los procesos de purificación posteriores, se puede lograr alcohol de tipo combustible o para la elaboración de licores, así como el de uso industrial.

Según el profesor Caicedo, “al hacer el proceso de producción de etanol por fermentación, las mieles de caña o melazas empleadas como materia prima son diluidas hasta obtener una determinada concentración de azúcares, los cuales son transformados en etanol. Luego se procede a la destilación, tras la cual se obtiene el alcohol y las vinazas”.

Aunque el primer estudio realizado por el Grupo de investigación de procesos químicos y bioquímicos, a cargo del profesor Caicedo, determinó la eficiencia del método de evaporación en el tratamiento de las vinazas, el consumo de energía resulta demasiado alto.

Tras realizar una serie de análisis para el tratamiento anaeróbico, los cuales incluyeron el diseño de un reactor de lodos con lecho fijo central (SCFBR, por sus siglas en inglés), se logró reducir la carga contaminante de las vinazas en un 85 %.

Estudios posteriores realizados por el profesor Caicedo y el estudiante de doctorado José María Gómez Rueda estimaban que se podía efectuar una recirculación de entre el 30 al 40 % de estos residuos al proceso de fermentación.

De igual manera se estudiaron técnicas como la recirculación mediante uso de células inmovilizadas, aunque con una efectividad más limitada: entre el 30 y 40 %. “Buscábamos hacer una oxidación parcial de las vinazas para luego reutilizar esos residuos durante el proceso de fermentación”, explica el profesor Caicedo.

Aunque muchas empresas en el país vienen eliminando las vinazas a través de métodos anaeróbicos, gracias a la acción de microorganismos en ausencia de aire, se trata de un procedimiento en el que deben adecuarse espacios muy amplios para que los reactores funcionen. Si bien hay otras compañías que emplean la evaporación, el nuevo método puede brindar procesos más sostenibles en lo ambiental y económico.