Si bien la mayoría de las baterías que utilizan los vehículos en circulación hoy en día todavía se basan en la tecnología de plomo y ácido, desarrollada en 1859, las baterías de iones de litio son cada vez más populares. Los principales beneficios incluyen una mayor densidad energética, una mayor capacidad de tensión y una mayor duración.
«El mercado de las baterías de iones de litio está creciendo a un ritmo increíble del 25 % al año», señala el coordinador del proyecto TEESMAT (Open Innovation Test Bed for Electrochemical Energy Storage Materials), Fabien Perdu, de la Comisaría de Energía Atómica y Energía Alternativas de Francia. «Se está produciendo una revolución industrial. Las baterías de iones de litio se utilizan normalmente en la electrónica de consumo, pero también se están convirtiendo en un factor clave en la electromovilidad».
Están surgiendo otras innovaciones de baterías eficientes en materia de energía basadas en diferentes químicas, como las baterías de flujo redox, diferentes químicas de zinc y supercondensadores híbridos. «Además, hay mucho desarrollo continuo en posibles tecnologías futuras, como los ánodos de litio-metal o silicio, las baterías de litio-azufre y las baterías orgánicas», agrega Perdu.
Desarrollar una industria europea de baterías competitiva
Sin embargo, lograr este tipo de innovación es un desafío. «El desarrollo de baterías supone un compromiso delicado entre diversos criterios», explica Perdu. «Estos criterios, como la densidad energética, la capacidad de almacenamiento, la carga rápida y la seguridad, son fáciles de optimizar por separado, pero pueden ser difíciles de combinar. Detrás de estos criterios subyacen docenas de reacciones químicas y efectos físicos que deben entenderse, dominarse o eludirse».
Por lo tanto, comprender estos procesos es fundamental para desarrollar una industria europea de baterías competitiva y con visión de futuro. La dificultad estriba en que no siempre es fácil acceder a estos conocimientos, lo que origina un cuello de botella en las primeras fases del desarrollo de las innovaciones en baterías.
El proyecto TEESMAT, financiado con fondos europeos, procuró solucionar este problema facilitando el acceso a dichos conocimientos y técnicas, y acumulando experiencia mediante el intercambio de mejores prácticas y resultados. Esto se logró reuniendo a quienes ofrecen técnicas punta de caracterización y experiencia con los agentes industriales del sector de las baterías.
«Configuramos, probamos y presentamos este banco de pruebas de innovación abierta para brindarles a los usuarios del servicio acceso a todos los proveedores de servicios a través de un único punto de acceso», explica Perdu. «Se puede considerar que los usuarios del servicio son futuros clientes, que pueden usar esta plataforma para contactar a expertos con sus muestras y sus dudas».
La plataforma está cuidadosamente estructurada para ayudar a los fabricantes a identificar la mejor combinación de técnicas que podrían responder a cada problema individual. Luego, las muestras se pueden enviar a los proveedores de servicios pertinentes y, en conjunto, se pueden elaborar conclusiones basadas en los resultados. Cuando la confidencialidad lo permite, una base de datos recopila información sobre las muestras analizadas, los resultados y las conclusiones para garantizar que se puedan compartir las mejores prácticas.
«Hasta la fecha, hemos gestionado más de setecientas muestras y realizado doscientas cincuenta pruebas para más de cuarenta casos de usuarios», dice Perdu. «En todos estos casos, la plataforma obtuvo resultados que no hubieran sido posibles sin la combinación de técnicas complementarias».
Baterías más seguras, duraderas y ecológicas
Los principales logros incluyen el desarrollo de una herramienta de control de calidad adecuada para el desarrollo eficiente de electrodos; baterías de tecnología híbrida con carga más rápida y ciclos de vida más largos; y una innovación para tratar la oxidación del cobre en las aplicaciones de almacenamiento de energía. La plataforma también ha permitido identificar y probar un mecanismo para predecir la vida útil de las celdas de las baterías de iones de litio para automóviles.
«Hemos captado proveedores de servicios externos, lo que ha ayudado a ampliar nuestra cartera de especialización», agrega Perdu. «Captar más usuarios del servicio ayudará a ampliar nuestra base de futuros clientes y aportará comentarios valiosos sobre la plataforma TEESMAT».
Los próximos pasos incluyen la preparación para la fase comercial. «Una vez que el proyecto finalice en agosto de 2022, la plataforma continuará funcionando como un servicio de pago», explica Perdu. «Por lo tanto, en este momento estamos enfocados en los aspectos operativos y de gobernanza, y en la lista precisa de técnicas de caracterización que se propondrán».
Es por ello que TEESMAT seguirá desempeñando un papel fundamental en el desarrollo de un sector europeo de baterías competitivo y de vanguardia desde el punto de vista tecnológico. «Nuestro banco de pruebas de innovación abierta dio lugar a la especialización en múltiples técnicas de caracterización y la ha puesto a disposición de la industria de las baterías», concluye Perdu. «De esta manera, esperamos haber contribuido con baterías mejores, más seguras, más duraderas, más baratas y más ecológicas».
El Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (CORDIS) es la principal fuente de la Comisión Europea los resultados de los proyectos financiados por los programas marco de investigación e innovación de la UE (desde el 1PM hasta Horizonte 2020). Nuestro objetivo es acercar los resultados de investigación a los profesionales del sector para fomentar la ciencia abierta, crear productos y servicios innovadores y estimular el crecimiento en toda Europa.
La mayoría de los países de América Latina, siguiendo tendencias mundiales, se esfuerzan para participar de procesos de transición energética cuyo objetivo reducir sus emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI). A nivel mundial, se espera que el sector energético genere 122 millones de empleos para el año 2050, de los cuales 43 millones serán creados en energías renovables[1].
Inspirándose en la función fotosintética de las plantas, un consorcio europeo liderado desde el Instituto Catalán de Investigación Química ha desarrollado un dispositivo que convierte dióxido de carbono, agua y luz solar en combustibles sostenibles, de una forma eficiente y barata. El próximo paso es demostrar su viabilidad industrial.
Desde comunidades energéticas hasta ecoaldeas, las iniciativas ciudadanas para impulsar el cambio a las energías renovables son omnipresentes.
Unos investigadores respaldados por la Unión Europea están probando un prototipo de motor híbrido, un gran paso hacia su objetivo de redefinir el consumo de combustible y las emisiones de los grupos propulsores enchufables.
En 2022, Brasil alcanzó 92% de generación renovable en su matriz eléctrica, el nivel más alto de generación renovable en la última década. Este hito vuelve a posicionar al país como una de las potencias en energía verde en la región y esto se debe principalmente al crecimiento de la energía eólica y solar de las últimas dos décadas. El año pasado, la capacidad instalada de generación eólica alcanzó 23,8 GW, mientras que la solar llegó a 23,9 GW. Durante este mismo período, la capacidad instalada de energía solar creció 9 GW (la capacidad instalada fotovoltaica era 13 GW en enero de 2022), principalmente de forma distribuida, siendo este un logro inmenso, especialmente si consideramos que hace diez años esta tecnología era prácticamente inexistente en la matriz eléctrica brasileña.
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