Estos son algunos de los puntos discutidos por expertos y docentes frente al proyecto de ley 266 de 2019 de la Cámara de Representantes, cuyo objetivo es modificar el artículo 81 de la Constitución Política de Colombia para prohibir el ingreso al país de semillas genéticamente modificadas, además de su producción, comercialización, exportación y liberación en el territorio nacional, con el propósito de proteger el medioambiente y garantizar el derecho de los campesinos y agricultores a las semillas libres.
Las semillas genéticamente modificadas –u organismos vivos modificados con fines agrícolas– son aquellas cuya composición genética ha sido intervenida mediante la biotecnología moderna, con el fin de mejorar algunas de sus características tradicionales o disminuir el riesgo de pérdida en los cultivos, haciéndolos más resistentes tanto a las condiciones climáticas como a los herbicidas.
En Colombia se han liberado 4 tipos de semillas transgénicas: clavel azul, soya, algodón y maíz, de los cuales hoy solo se siembra maíz y soya.
Para Sandra Muriel Ruiz, ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín y doctora en Ciencias Biología de la Universidad de La Salle, “el proyecto es una buena medida, pues existe suficiente evidencia científica que demuestra los efectos adversos en diferentes niveles de organización y que representan incertidumbre, en especial frente a la relación que puedan tener especies de fauna nativa con estas plantas”.
Agrega que “según el protocolo de bioseguridad firmado por Colombia, cuando hay efectos adversos se debe acudir al principio de precaución, el cual debe primar sobre la promoción del cultivo de forma generalizada”.
Sin embargo, para el profesor Carlos Felipe Barrera, del Departamento de Ciencias Agronómicas de la UNAL Sede Medellín, magíster y doctor en Genética y Mejoramiento Vegetal, las medidas son preocupantes, pues representan un cierre para el país a las nuevas tecnologías; además hay muchos artículos que demuestran que los transgénicos no solo son inocuos para la salud, sino que mejoran la producción.
“El país ya presenta atrasos en productividad y desarrollo del sector agro, y limitar al agricultor para que escoja con qué semilla va a trabajar es algo preocupante, sobre todo porque no todos tienen la tecnología necesaria. Por eso firmamos cartas ante el Congreso de la República, manifestando nuestro punto en contra del proyecto”, señala el docente.
Riesgo para distintos sectores
Según el proyecto de ley, 20 años después de que se liberaron comercialmente los cultivos transgénicos en el mundo, existen muchos estudios que muestran los impactos adversos que pueden generar estas tecnologías.
Entre los efectos señalan impactos ambientales de los cultivos, pues aunque estudios evidenciaron una disminución significativa del uso de insecticidas en cultivos de algodón y maíz, después de varios años de usar la tecnología las plagas volvían progresivamente a las plantas, ya que adquieren resistencia a las toxinas volviendo ineficientes las semillas.
También argumentan impactos ambientales de los cultivos tolerantes a herbicidas; contaminación genética de semillas criollas; impacto socioeconómico (por monopolio de grandes industrias fabricantes de estas semillas); y efectos negativos en la salud, pues diversos estudios realizados en el mundo muestran que los alimentos transgénicos pueden generar efectos en la cadena alimentaria y en la salud humana y animal.
Por su parte Germán Alonso Vélez Ortiz, magíster en Desarrollo Rural y director del Grupo Semillas, asegura que globalmente hay una gran preocupación por todas estas tecnologías, en parte porque en los últimos años han crecido rápidamente los cultivos transgénicos en el mundo. Hoy se tienen más de 200 millones de estos.
Solo en Estados Unidos, Argentina y Brasil se concentra más del 80 % de estas plantaciones, y el resto en otros 10 países. “Lo que está en juego es la posibilidad de que Colombia pueda defender su patrimonio genético y sus sistemas rurales de agricultura”, añade el investigador Vélez.
La Unidad de Medios de Comunicación – Unimedios, es la unidad de producción y difusión de la información científica, cultural, investigativa, académica, artística y tecnológica generada por la Universidad Nacional de Colombia y dirigida a la comunidad universitaria y a la sociedad en general. Es una dependencia de nivel nacional, adscrita a la Rectoría que articula los medios de comunicación existentes dentro de la Unidad para velar por el buen nombre e imagen de la Institución, promover y agenciar sus logros e integrarla en su diversidad y con la sociedad a través de sus medios, servicios y productos.
Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha establecido que el grosor del tallo y la presencia de compuestos antioxidantes influyen en la capacidad que tiene este cultivo para echar raíces. Con esta información, podrían desarrollarse biofertilizantes específicos que estimulen el crecimiento vegetal, que habitualmente presenta dificultades para prosperar.
Tejer las mallas para pescar en ríos y lagos de Yahuarcaca –en la Amazonia colombiana–, o saber cuándo utilizar cerbatana o anzuelo para tener una faena más efectiva no es algo que se aprenda en un colegio o una universidad; este conocimiento ancestral que poseen los indígenas ticuna se transmite de generación en generación, pero está amenazado por la creciente interacción de los jóvenes con prácticas occidentales, que degradan sus tradiciones. Con la Escuela de Artes de Pesca se busca evitar que esto suceda y así garantizar la continuación de esta práctica esencial para su seguridad alimentaria.
Investigadores de Hidráulica y Riegos de la Universidad de Córdoba desarrollan un modelo basado en la revolucionaria arquitectura de ‘deep learning’ Transformer, que desde su aparición en 2017 se ha implementado en diversos sectores y que está en la base de hitos de la Inteligencia Artificial como ChatGPT, para orientar la toma de decisiones de las comunidades de regantes.
Un estudio del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV) observa por primera vez en plantas de cultivo que el gen FUL controla la duración del periodo reproductivo.
La chilena Edith Elgueta decidió dejar su trabajo en la administración y hacerse apicultora en un lugar casi sin flores. Su negocio, con el que hoy exporta miel y propóleo, fue presentado en Naciones Unidas.
El acceso al agua ha dado a un grupo de mujeres la llave para independizarse económicamente. Se trata de agricultoras a las que UNICEF ha proporcionado un sistema de irrigación para poder tener sus propios cultivos.