Tetra Pak reconfirma su prioridad estratégica para impulsar una transformación sostenible, al establecer una meta de cero emisiones netas en toda la cadena de valor para 2050, respaldando esto con un objetivo intermedio para el año 2030 de cero emisiones netas de carbono a través de sus operaciones propias. La compañía también establecerá objetivos de reducción de emisiones de 1.5°C de acuerdo con la iniciativa conjunta generada por el Pacto Global de Naciones Unidas, el Instituto de Recursos Mundiales y la WWF, consolidados en los Objetivos Basados en la Ciencia (SBT), ámbitos 1, 2 y 3.
Tetra Pak se fundó con la idea de que un envase debería ahorrar más de lo que cuesta, poniendo siempre la sostenibilidad en el centro de su operación. Desde 1999, anualmente, la compañía ha recopilado datos sobre el uso de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero de toda la organización, con sus balances de GEI, auditados por un tercero independiente desde 2013.
Lars Holmquist, Vicepresidente Ejecutivo de Soluciones de Envases y Operaciones Comerciales de Tetra Pak, explicó: “Hemos cumplido constantemente con nuestros objetivos climáticos. Desde el primer objetivo establecido en 2002, luego en 2005 y ahora estamos en camino a cumplir nuestro objetivo de 2020. En 2017, fuimos la primera compañía en la industria de alimentos y bebidas en tener sus objetivos de reducción del impacto climático aprobados por la iniciativa SBT. Recientemente, nos unimos a la Alianza Europea para la Recuperación Verde, el primer llamado de la Organización PAN Europa (Pesticide Action Network en Europa) a la movilización en soluciones de inversión verde después de la crisis generada por el Covid-19. Una vez más, estamos liderando el camino al establecer ambiciosos objetivos de cero emisiones netas, que impulsarán la transformación en nuestro sector y en toda la cadena de valor. El mayor desafío medioambiental del planeta, no exige nada menos de nosotros".
De esta manera, Tetra Pak se centrará en cuatro áreas clave para alcanzar cero emisiones netas de GEI en sus operaciones propias para 2030 y alcanzar su meta de 2050 a lo largo de toda la cadena de valor:
Trabajamos por y con nuestros clientes para brindarles soluciones preferidas de procesado y envasado para los alimentos. Aplicamos el compromiso a la innovación, a la comprensión de las necesidades de los consumidores y a las relaciones con los proveedores para entregar dichas soluciones, donde y cuando se consumen los alimentos. Creemos en un liderazgo industrial responsable, por lo que desarrollamos un crecimiento rentable en armonía con la sostenibilidad medioambiental y responsabilidad social corporativa.
Tres ciudades europeas muestran cómo el arte y la cultura pueden contribuir a crear barrios bellos, sostenibles e inclusivos.
La unión de ribavirina y remdesivir consigue eliminar de forma rápida el virus al inducir un exceso de mutaciones en su genoma que le impiden multiplicarse con eficacia.
La preocupación hacia los nano y microplásticos y su impacto en el medio ambiente y la salud de los organismos vivos ha aumentado considerablemente. Actualmente, no existe una metodología de análisis estandarizada para estudiar la presencia de estos, pero las autoridades ya comienzan a restringirlos. Además, existe un obstáculo clave que impide realizar las pruebas oportunas sobre los micro y nano materiales: la disponibilidad limitada de materiales caracterizados y trazables biológicamente. Por tanto, para poder continuar con esta línea de investigación es necesario disponer de partículas que sirvan de referencia, es decir, que conserven la naturaleza química del material y que tengan el tamaño de partícula adecuado.
AIMPLAS avanza en nuevas tecnologías para la descarbonización y la transición energética de la industria y el transporte, a través de dos proyectos de investigación y desarrollo financiados por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i) y los fondos FEDER.
El equipo del proyecto MMAtwo, financiado con fondos europeos, presentó una tecnología para procesar residuos de polimetacrilato de metilo y convertirlos en materiales utilizables en una segunda vida.
El biomaterial desarrollado por el ICMM-CSIC se combina con campos magnéticos para crear una matriz que permitirá la colonización por células neurales de las zonas dañadas de la médula espinal.