Imagen. / Unam Gobal

• Entre 1 y 3 por ciento de los espermatozoides llega al óvulo. Los ácidos de la vagina matan a la mitad.
• El óvulo suelta “unos perfumitos” que guían y atraen a los espermatozoides.
• Con un “gorro con taladritos”, el más capacitado taladra y penetra al óvulo.
• Si el óvulo eligiera al espermatozoide, no dejaría entrar a uno con defectos en su ADN
• El espermatozoide que penetra al óvulo no es el que llega primero. Tampoco es el elegido por el óvulo. Es el más capaz y fuerte.

Antes, desde que son eyaculados, los espermatozoides son como soldaditos que libran una batalla. Atraviesan barreras mortales para sobrevivir. Llegar al óvulo es un reto.

El doctor Víctor Manuel Torres Flores, investigador de la UNAM, nos habla de esa odisea que dura unas 10 horas (desde que entran a la vagina hasta que llegan cerca del óvulo). Es como ir por “la libre” de la Ciudad de México a Oaxaca.

Pero no es un camino bonito, sino lleno de peligros. De los 250 millones de espermatozoides que en promedio contiene una eyaculación, sólo entre 1 y 3 por ciento llega a la meta.

Muerte en el camino

Torres Flores, jefe del Laboratorio de Biomembranas de la Facultad de Medicina, señala las causas por las que mueren los espermatozoides en esa travesía:

1. Los ácidos que hay en la vagina matan a la mitad.
2. En el cérvix y al pasar por el oviducto también mueren muchos por el alto pH.
3. El medio del tracto genital es muy viscoso. Para atravesarlo y sobrevivir tienen que moverse vigorosamente.
4. Al ser expulsados, los espermatozoides no son capaces de moverse o se mueven ligeramente. Ya en el oviducto, tienen que realizar una hiperactivación de la movilidad y una capacitación mediante diversos cambios bioquímicos y de proteínas.

¿Cómo saben que van en la ruta correcta?

Los espermatozoides —apunta Torres Flores— son guiados por sustancias químicas que libera el óvulo cuando ya están cerca o a milímetros de él. Así, atrae a los más fuertes y con mayor movimiento. Cientos de espermatozoides van oliendo estos “perfumitos” y llegan a envolver al óvulo.

El óvulo no elige

En este maratón, el espermatozoide que llega primero a la meta no es el que fecunda al óvulo. Tampoco el óvulo elige a cuál dejará entrar. Sólo el espermatozoide que llegó en mejores condiciones, “el que se preparó” y realizó una hiperactivación, es el que fecunda al óvulo.

Si el óvulo escogiera al espermatozoide no permitiría que entraran espermatozoides defectuosos. Los escogería sin ningún defecto del ADN.

Torres Flores afirma: “fenotipo vemos, genotipo no conocemos”. Un espermatozoide se puede ver completo y con la mejor capacidad (movilidad), pero puede llevar deformidades en su ADN o dimorfismos (una copia extra del cromosoma 21, causa síndrome de Down).

El óvulo también rechazaría al espermatozoide que se implanta en el óvulo en las clínicas de fertilidad. “Podría ser bonito y con capacidad de movilidad”, pero defectuoso en su ADN, y si el óvulo lo escogiera, lo rechazaría. Sin embargo, cuando el espermatozoide que penetró lleva el ADN “ligeramente dañado”, se sabe que el óvulo tiene cierta capacidad de repararlo. 

Espermatozoides en cifras

• Sólo el 1 por ciento de los 250 millones de espermatozoides potencialmente puede fecundar.
• De ese porcentaje, sólo uno (excepcionalmente dos) puede penetrar el óvulo (cuando son dos y son fértiles, nacen gemelos).
• De los 250 millones, solamente el 5% tiene una morfología (cabeza y flagelo) adecuada. Muchos son deformes: tienen dos cabezas, dos colas o una colita muy cortita. Estos espermatozoides no llegan a la meta.

Los taladritos del espermatozoide

Para penetrar el óvulo, el espermatozoide debe realizar una reacción acrosomal, que es como un gorrito que tiene taladritos (enzimas) que taladran la barrera o zona pelúcida del ovocito. Sólo así puede entrar y fecundar.

Es posible, pero son “muy contados” los casos en que dos espermatozoides entran exactamente en el mismo instante al óvulo. Cuando eso sucede, nacen gemelos.

El óvulo tiene un mecanismo para cerrar todas sus capas y evitar una penetración masiva de espermatozoides.

El riesgo de la edad

Los hombres mayores siguen produciendo espermatozoides. Sin embargo, según algunos estudios, a mayor edad, mayor probabilidad de tener descendencia que padezca autismo y posiblemente esquizofrenia.

Al fecundar, cualquier hombre puede producir 25 alteraciones genéticas. Un hombre mayor de 40 años, por su parte, puede causar 65 anomalías en el feto.

La edad adecuada para tener hijos es entre los 21 y los 32 años. Es el margen perfecto. Después de los 35 años, es peligroso para las mujeres y para los bebés. En cuanto a los hombres de 60 años o más, es muy poco frecuente que tengan descendencia.

Entre la semana 16 y 20 del embarazo, mediante estudios se puede saber si el producto “viene o no bien”.

La infertilidad ha aumentado, sobre todo en los países desarrollados de Europa, porque las mujeres van aplazando la etapa para tener hijos y en los hombres la calidad espermática disminuye con la edad.

Pero puntualiza Torres Flores: es más peligroso tener un bebé con una mujer mayor que con un hombre mayor.

Autor

UNAM Global

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