AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, ha coordinado LIFE ECOMETHYLAL, un ambicioso proyecto europeo que acaba de concluir y que ha tenido como resultado una planta capaz de obtener medio kilo de metilal (una sustancia que se puede utilizar como disolvente o como materia prima para la producción de nuevos plásticos) por cada kilo de residuos no reciclables.
Mediante la tecnología de hidro gasificación catalítica con plasma, que dentro de los distintos tipos de reciclado químico se enmarca en el proceso de craqueo térmico, se ha logrado valorizar de una tipología de residuos plásticos que hasta ahora acababan en vertedero y que ahora podrán aprovecharse en forma de disolventes o como materia prima para la producción de nuevos plásticos. Concretamente residuos del sector de la automoción, el eléctrico- electrónico y del envase.
En el proyecto, también participan las empresas valencianas BPP, ACTECO, y AIRESA y la empresa croata MI-PLAST. BPP ha sido la responsable de implantar a nivel de planta piloto el reciclado químico mediante hidrogasificación catalítica con plasma. El resultado ha sido una pequeña planta piloto modular que ha estado operativa desde finales de 2019 en tres ubicaciones distintas: Castellón e Ibi en España y Rijeka en Croacia.
La nueva planta tiene como ventaja su movilidad y modularidad, ya que puede ser transportada y ensamblada fácilmente, así como su adaptabilidad a diferentes tipos de residuos. Todo ello ha sido verificado durante la ejecución del proyecto y también se ha comprobado que el pretratamiento de los residuos mediante reciclado mecánico contribuye a la obtención de unos resultados óptimos.
El proyecto LIFE ECOMETHYLAL se enmarca dentro del programa LIFE de la Unión Europea con número de expediente LIFE15 ENV/ES/000208.
AIMPLAS es el Instituto Tecnológico del Plástico ubicado en Valencia y está inscrito en el Registro de Centros Tecnológicos del Ministerio de Economía y Competitividad. Pertenece a la Federación Española de Centros Tecnológicos, FEDIT, y a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana, REDIT.
Un estudio del CSIC diseña cepas de la bacteria ‘Pseudomonas putida’ capaces de utilizar residuos plásticos como nutrientes para transformarlos en bioplásticos degradables o compostables
La contaminación de agua por mercurio y otros metales pesados –como el plomo, común en zonas mineras– la deja no consumible, pone en riesgo la salud de todo ser vivo y aumenta la posibilidad de deforestación en las riberas. Una investigación adelantada en el municipio de El Bagre (Antioquia), con agua del río Nechí, mostró la eficiencia –entre 99,64 y 99,77 %– de un método de remoción de mercurio empleando electrodos de aluminio. Este método “separa” el metal del agua, como si se tratara de aceite, dejándola lista para consumo humano.
Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha optimizado un sistema de ultrasonido para la extracción de compuestos beneficiosos para la salud a partir de residuos agroforestales. De esta manera, se podrán incluir como complementos nutricionales y farmacéuticos de una manera más asequible.
Desde hace más de 200 años el diamante ha estado en la cumbre de la escala de Mohs, la escala que mide la dureza de los minerales. Los diamantes son más que una piedra brillante, son el epítome de la dureza. Ahora puede que contemos con un mineral aún más duro, aunque por el momento, tan solo en la teoría.
Una enzima artificial basada en una proteína producida por una anémona que podemos encontrar en prácticamente cualquier costa española puede degradar el PET.
El ICMM-CSIC consigue optimizar la creación de materiales grafíticos, semejantes al grafeno, con aplicaciones clave para una energía sostenible como el almacenamiento de hidrógeno.