La Declaración conjunta de intención que se firma hoy durante la Cumbre del Clima, COP25 en Madrid, extiende la cooperación entre estos cuatro países para los bosques y el cambio climático hasta el 2025. La alianza inició oficialmente en la COP21 de cambio climático de París en 2015.
“A través de esta alianza, Colombia está ganando la batalla contra la deforestación y, precisamente, con ese objetivo se estableció el Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación y otros Crímenes Ambientales Asociados (CONALDEF). Ahora con esta nueva fase de cooperación entre Noruega, Alemania y Reino Unido, continuaremos fortaleciendo nuestra capacidad para reducir las tendencias de deforestación a nivel local, fomentando los beneficios sociales y económicos ", dijo Ricardo Lozano Picón, Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia.
La renovación de esta Declaración impulsa y refleja los planes de Colombia para atacar el sustancial incremento en la deforestación que ha ocurrido desde 2016, como resultado de los desafíos recientes en algunas regiones, principalmente en la Amazonía. Además, es un reconocimiento a la capacidad del país para revertir esta tendencia que en 2018 se redujo en un 10% comparado con 2017.
Colombia informa que la tendencia positiva continúa en 2019. Las alertas de deforestación en la Amazonía se han reducido en un 12% en el tercer trimestre de 2019 en comparación con el mismo período del año pasado.
“La ambición y compromiso de Colombia para reducir la deforestación es de importancia global”, manifiesta Ola Elvestuen, Ministro de Clima y Ambiente de Noruega y agrega “no podemos frenar el cambio climático sin detener la deforestación. La comunidad internacional debería sumarse para movilizar millones de dólares al año con el fin de apoyar a los países boscosos a lograr la reducción de sus emisiones”.
Reconociendo la lucha contra la deforestación como una cuestión de estado, el gobierno colombiano muestra su determinación para revertir la creciente tasa de deforestación a través de enfoques multidimensionales e integrales.
Colombia implementará una serie de acciones en las áreas más afectadas por la deforestación. Los bosques naturales cubren casi 60 millones de hectáreas del territorito colombiano convirtiéndolo uno de los lugares mas biodiversos del planeta, hogar de numerosas especies de fauna y flora y de comunidades locales y pueblos ancestrales con una gran riqueza cultural.
Para 2022, Colombia habrá realizado la restauración de 200,000 hectáreas y ampliará áreas con un manejo sostenible y fortalecerá a los pequeños agricultores para que produzcan de manera sostenible. En las zonas de amortiguamiento de la Amazonía, Colombia extenderá la conservación forestal y acelerará la restauración.
Para apoyar los esfuerzos de Colombia para reducir la deforestación y promover el desarrollo sostenible, los países europeos contribuirán con 366 millones de dólares hasta 2025. De esta cifra, 260 millones de dólares corresponderán a pagos por reducción de emisiones logradas y USD 106 millones serán para contribuciones para implementación de objetivos y políticas.
Svenja Schulze, Ministra de Ambiente de Alemania, acoge este enfoque colombiano para proteger sus bosques. “Estamos unidos en los esfuerzos para reducir la creciente presión de los bosques y demuestra los compromisos de nuestras naciones para impulsar acciones climáticas ambiciosas. Estamos convencidos que las economías prosperas y los ecosistemas saludables son interdependientes”.
Entre los objetivos nacionales a los que se hace referencia en la Declaración firmada hoy, se incluyen:
WWF es la principal organización de conservación global, con presencia en más de 100 países y que cuenta con el apoyo de más de 5 millones de socios. Las acciones de WWF están enfocadas en seis grandes objetivos: especies, bosques, océanos, agua dulce, alimentación, clima y energía. WWF tiene además tres líneas de acción transversales: gobernanza política y social, finanzas y mercados.
Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad de Almería ha determinado la utilidad de la silicona para detectar la presencia de contaminantes procedentes de la combustión de combustibles fósiles, como la que producen los coches. Los expertos evalúan cinco posibles captadores de estos agentes nocivos y establecen un método barato, que no perjudica la actividad de la colmena, para medir la calidad del aire a unos ocho kilómetros a la redonda.
En los últimos años, se viene discutiendo la importancia de crear una ética, tanto en la creación como en el uso de la Inteligencia Artificial (IA), en el entorno digital. La importancia de este tema quedó patente durante el 2º Foro Mundial sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, celebrado los días 5 y 6 de febrero de 2024 en Kranj, Eslovenia, donde se congregaron científicos, expertos, especialistas y empresarios. En el evento se compartieron múltiples experiencias que buscaron integrar las perspectivas del sector privado, el académico y la sociedad en general, con miras a establecer una normativa ética global que regule la creación de un ecosistema de IA responsable, en beneficio de toda la población.
Los expertos advierten del impacto del uso del suelo en la capacidad de retención y recarga de los acuíferos. Los cambios en el paisaje, especialmente en las cuencas hidrográficas, están alterando la tasa de infiltración de la precipitación, afectando directamente la cantidad y calidad del agua disponible para consumo humano y otros usos.
La FAO presentará sus principales iniciativas para la gestión sostenible de suelos en la región, como el mapa mundial de nutrientes suelos, el protocolo de evaluación del manejo sostenible de los suelos, el programa Doctores de Suelos, y los proyectos SOILFER, en Guatemala y Honduras, y SOILCARE en el Caribe.
Un nuevo estudio confirma que 2023 fue el año más cálido registrado, con una temperatura media global cercana a la superficie de 1,45 °C por encima de los niveles preindustriales. Según el organismo, una vez más se han batido récords con respecto a los niveles de gases de efecto invernadero, las temperaturas en superficie y en los océanos, el aumento del nivel del mar y el deshielo.
Un informe de la Organización de Naciones Unidas indica que en 2022 se produjeron un total de 62 millones de toneladas de residuos electrónicos, lo que supone un 82 % más que en 2010. Según el documento, esta cifra va camino de aumentar un 32 % en 2030 si no se toman medidas.