La la concesión de la patente tomó alrededor de siete años y la acreditación de la patente otros tres. El proceso comenzó en el año 2008 con el reto de separar los componentes de celulosa y absorbente provenientes de una industria pañalera. Posteriormente se presentó un proyecto a la Universidad de La Salle, el cual fue aprobado e, inmediatamente, se inicia su desarrollo en laboratorio a partir del mismo año. Luego de tener resultados exitosos de separación, se dio paso a la construcción y preparación de una planta piloto en San José de Guausa, en zona rural del municipio de Chía (Cundinamarca), para reproducir el proceso de laboratorio a escala industrial, con lo cual se lograron obtener varias muestras de celulosa y absorbente de excelente calidad.
Posteriormente se generó el proceso de patentabilidad de la mano de Connect Bogotá Región el equivalente a la Alianza Universidad Empresa Estado de Bogotá - Región y PONS IP (empresa de abogados expertos en Propiedad Intelectual) quienes fueron nuestros aliados en el proceso de registro y obtención de la misma.
La patente se radicó en el año 2016 y se aprobó por la Superintendencia de Industria y Comercio en 2019 bajo el nombre Líquido iónico, proceso y equipo para la separación de polímeros a partir de residuos celulósicos industriale.
Muchas industrias han intentado lograr la separación de celulosa y absorbente, pero ninguna lo había logrado con una efectividad del 99%, tal como lo hicieron Jairo y Daniel. La celulosa se puede utilizar para hacer papel, aspirinas y varios productos más. “Además, para aplicar la patente no se necesita de energía ni gastos adicionales. Es reutilizable, sostenible y tiene un alto rendimiento”, según refiere Vanegas.
El Hno. Ariosto Ardila, Vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de La Salle, ha manifestado que este reconocimiento es “el aporte que la universidad hace al planeta, a la vida y, obviamente a la humanidad, pues ante el cambio climático que amenaza la Tierra, el agua y la biodiversidad, esenciales para la producción de alimentos, la invención consigue aprovechar residuos de la industria pañalera, entre otras, que, en su proceso normal son incinerados, contribuyendo con las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Varela da un consejo a los investigadores para que no desfallezcan, aunque muchas veces sea frustrante el proceso. “Al final será gratificante y todo el esfuerzo se verá reflejado”. Por otra parte, agradece a la Universidad de La Salle “por el apoyo constante en materia financiera, infraestructura y de recursos materiales”.
Desde la Universidad de La Salle reconocemos el trabajo y dedicación de Daniel Varela y Jairo Vanegas, quienes han aportado un nuevo conocimiento al mundo y, seguramente, su implementación en la industria colombiana no solo será exitosa sino que impactará positivamente la sostenibilidad del planeta.
La misión de la Universidad de La Salle es educar de manera integral y generar conocimiento que aporte a la transformación social y productiva del país. Por esta razón participa activamente en la construcción de una sociedad justa y en paz mediante la formación de profesionales que por su conocimiento, sus valores, su capacidad de trabajo colegiado, su sensibilidad social y su sentido de pertenencia contribuyen a la búsqueda de la equidad, de la defensa de la vida y del desarrollo humano integral y sustentable.
Una nueva investigación arroja luz sobre el grado de confianza de las personas sobre distintos tipos de científicos.
A mediados de los años setenta, la entonces Escuela Nacional de Arquitectura, hoy Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM, utilizaba sus instalaciones para impartir cursos a maestros de la obra, iniciativa que surgió a partir del movimiento estudiantil denominado “Autogobierno”, donde la democratización de la enseñanza y la vinculación popular fueron sus dos principios fundamentales, en los cuales se formaron miles de arquitectos mexicanos y una cantidad importante de extranjeros, en su mayoría latinoamericanos.
Resumen: El estudio reciente dirigido por Andrew Gray, de Library Services y University College London, analizó la literatura académica en busca de las palabras más usadas por los modelos de lenguaje grande (LLM). Aunque se estima que entre el 1.63 % y el 1.25 % de los artículos publicados en 2023 fueron escritos con ayuda de LLM, la mayoría en revistas de ciencias de la salud e ingeniería, aún no se sabe si estos textos son producidos completamente por la IA o si los autores utilizan los programas para mejorar la gramática o sintetizar resultados.
"Este cacharro podría ser una app" como nuevo mantra.
Si nos detenemos a pensar durante unos minutos en nuestro pasado educativo, seguramente vemos en el presente, herramientas que podrían habernos facilitado la organización, el tiempo y potenciado nuestro aprendizaje en el pasado.
Un equipo científico mundial, en el que han participado varios investigadores de la Universidad de Sevilla, ha revelado un enorme árbol de la vida del ADN de las plantas con flores. Los autores sostienen que los datos obtenidos en este gigantesco estudio ayudarán en futuros intentos de identificar nuevas especies, refinar la clasificación de las plantas, descubrir nuevos compuestos medicinales y conservar las plantas frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad.