La electroquímica aplicada a la joyería
Electrochemistry applied to jewelry
La electroquímica es una ciencia que investiga los procesos de transformación de la energía de las reacciones químicas en energía eléctrica y, a la inversa, la conversión de energía eléctrica en energía química (electrolisis). Es decir, es la ciencia que permite entender los procesos de oxidación- reducción, que tienen lugar en sistemas físico-químicos tipo metal-electrolito, bajo la acción de una corriente eléctrica; sea ésta autogenerada o externa. Esta definición permite explicar la generación de electricidad en una batería y, por otra parte, la obtención de gases o metales a partir de una solución salina durante el proceso de electrólisis, utilizando una fuente de corriente eléctrica.
Los inicios de esta ciencia se remontan a 1830, época en que Faraday descubrió un método para recubrir objetos con una película metálica. Desde entonces se utilizan conceptos tales como: iones (partículas cargadas eléctricamente), cationes (partículas cargadas positivamente, deficitarias en electrones), aniones (partículas cargadas negativamente), cátodo (electrodo o material sobre el cual se reducen los cationes), ánodo (electrodo o material que se oxida), electrolito (solución acuosa o no acuosa que contiene iones y permite el paso de la corriente eléctrica a través de él, y entre los electrodos).
De esta manera, se vislumbra una tecnología que permite la producción de gases o de metales, mediante procesos de oxidación-reducción (redox) que se realizan por inmersión de electrodos en un electrolito, que se conectan a una fuente de corriente continua.
La utilización industrial de los procesos de electrólisis, abrió el paso a una tecnología electroquímica que recibió el nombre de Galvanotecnia, en honor a su principal impulsor Galvani. El desarrollo de esta tecnología fue explosivo, debido a sus variadas aplicaciones, especialmente en el campo del combate a la corrosión, la electrorefinación de metales (especialmente el cobre), el recubrimiento de metales con fines decorativos, etc. Fue así como surgió la Electrometalurgia, que permitió obtener metales de la más alta pureza, metales de difícil reducción mediante procesos térmicos o químicos (como el aluminio y el magnesio), etc. Por su parte la industria química se vio enormemente beneficiada, porque la electrólisis permite obtener valiosos productos por oxidación anódica (cloro, fluor, hipocloritos, cloratos, percloratos, persulfatos, etc.), permitiendo también sintetizar compuestos orgánicos de difícil acceso por otras metodologías.
Actualmente, la electrólisis del agua está adquiriendo una relevancia extraordinaria, debido no sólo a la utilización del hidrógeno como materia prima para obtener amoniaco, sino también como fuente de energía limpia, para la industria automotriz.
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