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Reforestar Africa, ¿la solución a los problemas del mundo? | DW DocumentalReforesting Africa, the solution to the worlds problems? | DW Documentary

Resumen

El ser humano está destruyendo cada vez más hábitats naturales, favoreciendo la aparición de pandemias. Presuntamente el coronavirus causante de la COVID-19 fue transmitido a los humanos por animales salvajes.

Todavía hay muchas cuestiones abiertas sobre la COVID-19. Sin embargo, no existen dudas de que muchos virus modernos tienen su origen en el reino animal o bien son transmitidos a los humanos por animales salvajes, como el murciélago o el pangolín. Del mismo modo, resulta cada vez más evidente que la deforestación está acercando la fauna salvaje a las personas, aumentando así el peligro de que surjan nuevas enfermedades.

En Uganda y en Kenia, virólogos y zoólogos intentan hallar relaciones entre la interacción de humanos y animales salvajes y la expansión de los virus. Les preocupa que estos microbios puedan dar el salto inverso, transmitiéndose de humanos a animales y cerrando así el ciclo. Así, un virus cuyo origen presuntamente está en la fauna salvaje y es ya responsable de la muerte de más de un millón de personas en todo el planeta, podría regresar causando nuevos estragos en el mundo animal.

En el Parque Nacional de Bwindi, en Uganda, la primera veterinaria del país, la Dra. 

Gladys Kalema-Zikusoka, está entregada a la protección del gorila de montaña. Su temor es que este imponente simio emparentado con el ser humano pueda caer víctima de la COVID-19. Además, algunos ugandeses que quedaron desempleados por culpa de la pandemia se dedican ahora a cazar este animal en peligro crítico de extinción.

El científico keniano Augustine Baraza Obuyele, experto en murciélagos, intenta descubrir nuevos virus en el monte Elgon, en la frontera entre Kenia y Uganda. Le interesan en especial aquellos que podrían ser capaces de arrasar el continente o incluso todo el planeta, como el virus del ébola o el de la fiebre amarilla. Cuantos más bosques sean talados por la mano del hombre, menos hábitat natural tendrán los animales y mayor será el peligro de que surjan nuevas enfermedades y pandemias.

El trasfondo de esta amenaza inquieta a la comunidad internacional. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés), con sede en Nairobi, quiere declarar internacionalmente una Década para la Recuperación de los Ecosistemas. ¿Podría salvarse el mundo plantando árboles? La COVID-19 y la amenaza de otros virus aún por descubrir apenas son las razones más novedosas para invertir en reforestación. Pero también lo son la protección climática y de los acuíferos. Sin bosques vírgenes, el planeta no puede vivir. Mientras que muchos países africanos talan sus bosques en busca de ingresos que su economía necesita con urgencia, otros ya se han comprometido a reforestar enormes extensiones de terreno. Como Kenia, que pretende restaurar el importante ecosistema que supone el bosque de Mau.

Sin embargo, parte de esta selva ha sido ya ocupada. Sus habitantes están siendo ahora expulsados con violencia, equipados apenas con sus escasas pertenencias. Les quitan su medio de subsistencia en aras de la protección medioambiental. Todo un dilema que ejemplifica como la restauración de los ecosistemas puede ser tan importante como compleja en cuanto a su ejecución.

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Así combate Noruega el cambio climático | DW Documental

​Noruega se ha propuesto absorber todas las emisiones de dióxido de carbono de la industria europea. Para ello, pretende bombear el CO2, el elemento más perjudicial para el clima, en las capas rocosas que subyacen al mar del Norte. Un reportaje sobre los riesgos del almacenamiento artificial del dióxido de carbono.

En numerosos procesos de la industria química, metalúrgica o del cemento es inevitable que se genere dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero. El gas podría capturarse y transportarse en barco a Noruega. Es una oferta tentadora, porque parece más barata que evitar la producción de CO2. Desde una estación de bombeo al norte de Bergen, se canalizaría sobre el fondo del mar del Norte y luego se introduciría en el suelo, a 2.500 metros de profundidad. En el proyecto Northern Lights, Noruega está probando todas las fases necesarias para aplicar la tecnología de captura y almacenamiento de carbono. En Alemania, hasta ahora ha habido mucha resistencia a los experimentos para almacenar CO2 bajo tierra. Sin embargo, los expertos del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático asumen en casi todos sus escenarios que será necesario capturar y almacenar miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero de la atmósfera. De lo contrario, el aumento de temperatura global no podría contenerse por debajo de los dos grados.

Sin embargo, hay una manera natural de fijar los gases de efecto invernadero: volviendo a llenar de agua las turberas, ya que las turberas drenadas son responsables de alrededor del cinco por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de Alemania. El nivel del agua de las turberas es lo que determina si estas perjudican o protegen el clima: a largo plazo, las turberas podrían fijar grandes cantidades de CO2. El reportaje sopesa los pros y los contras de almacenar el CO2 y se plantea por qué la reinundación de pantanos no avanza desde hace años.


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