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La realidad del empleo joven en México Image: BID
2018-12-10
El desafío del empleo juvenil y la promesa de los aprendices en México
La realidad del empleo joven en México
En la última década, eldesempleo juvenilen México ha estado en un rango del 7 al 10 por ciento, por debajo del promedio regional. No obstante, la calidad de los empleos deja mucho que desear. Según elÍndice de Mejores Trabajos, México es el segundo peor país, solamente después deHonduras, en cuanto al porcentaje de jóvenes que perciben un salarioque les permita vivir por encima del umbral internacional depobreza.
Es claro que hay mucha necesidad de mejorar lascondiciones laboralesde los jóvenes, sobre todo en un contexto en el que la calidad y la cobertura de laeducación formalen México han aumentado de manera considerable en los últimos 20 años, pero eldesempeño del mercado laboral mexicanono ha mejorado.
Aprendiendo de experiencias internacionales
Jóvenes Construyendo el Futuro es considerado por muchos como unprograma de aprendices. En este sentido, cabe analizar algunas buenas prácticas que han contribuido al éxito de estos programas alrededor del mundo. En cuanto al papel de losempleadores, los programas de aprendices se caracterizan por asignar a las empresas la responsabilidad delcofinanciamientodel salario que reciben los jóvenes. El compromiso del sector productivo en participar y alcanzar resultados parte del reconocimiento de que estos programas, cuando están bien estructurados, pueden aumentar laproductividadde las empresas y reducir la costosarotación del personal(distintosanálisis costo-beneficioapuntan a que las empresas recuperan la inversión al finalizar la capacitación o en los años subsecuentes).
Los programas de aprendices, cuando están bien estructurados, pueden aumentar la productividad de las empresas y reducir la costosa rotación del personal.
Otra buena práctica identificada es la definición deestándares y planes de capacitaciónreconocidos a nivel del sector. Por un lado, esto garantiza un piso mínimo de calidad de la capacitación que ocurre al interior de las empresas. Por otro, facilita la portabilidad de lashabilidadesdesarrolladas por los aprendices, lo que aumenta sus posibilidades de emplearse en otras empresas del sector. Algunas estrategias para promover la definición de estándares incluyen el establecimiento de acuerdos dentro de lascámaras empresariales y alianzascon instituciones de capacitación, así como la creación deconsejos sectorialesde habilidades.
Las experiencias de México también apuntan a que es necesario tener un buen diseño e implementación para que un programa de formación de habilidades en el lugar del trabajo tenga éxito. En México, existen programas decapacitación en el lugar del trabajocon resultados mixtosen cuanto a su efectividad, lo cual sugiere que el simple hecho de estar en el lugar del trabajo no es suficiente para cambiar latrayectoria laboraldel joven. El programa de aprendices más conocido en el país es elModelo Mexicano de la Formación Dualde la Secretaría de Educación Pública. Hay evidencia anecdótica positiva sobre su desempeño, pero hasta ahora no cuenta con evaluaciones rigurosas deimpacto. En general, las experiencias mexicanas sugieren que un programa de formación en el lugar del trabajo puede ser exitoso, pero no es fácil conseguir ese éxito.
Las experiencias de México también apuntan a que es necesario tener un buen diseño e implementación para que un programa de formación de habilidades en el lugar del trabajo tenga éxito.
¿Cómo garantizar el éxito de Jóvenes Construyendo el Futuro?
Para asegurar el éxito de Jóvenes Construyendo el Futuro, será necesario conseguir que las empresas consideren su participación en el programa como una inversión, no como un mero asunto de responsabilidad social. De esta manera, el sector productivo se comprometería a lograr que los aprendices se conviertan en candidatos bien preparados para ocupar vacantes al terminar la capacitación. De igual forma, será fundamental que el programa logre motivar a los jóvenes a concluir la capacitación, generándoles alternativas reales de empleo formal y bien remunerado. Más aún, el programa tendrá el enorme reto de asegurar la calidad de la capacitación y la credibilidad de las certificaciones que obtendrán los jóvenes, que constituyen dos piezas clave para ampliar sus alternativas de empleo y formación. Por último, es esencial poder contar con evaluaciones rigurosas para identificar las áreas de mejora de cualquier programa, pero especialmente de un programa de la escala de Jóvenes Construyendo el Futuro, cuya cobertura superará a la de los sistemas de educación media superior y superior juntos.
Confiamos en que la estrategia que ha propuesto el nuevo gobierno sea un esfuerzo sostenido en el tiempo, en mejora constante, que derive en un mecanismo eficaz de reducción del desempleo juvenil y mejora de sus condiciones laborales. Sin duda, este es un problema que hasta ahora no ha recibido suficiente atención en la política laboral mexicana.
Escrito por: David Kaplan, Elisa Lavore, Anne Hand

BID
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