Cookies y Privacidad
Usamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de nuestros usuarios, analizar el tráfico del sitio y personalizar contenido. Si continúas navegando, asumimos que aceptas su uso. Para más información, consulta nuestra Política de Cookies

Imagen. / Universidad Católica de Oriente
2024-02-02
Flores colonizadoras: El ojo de poeta (Thunbergia alata)
En los barrios colombianos, la thunbergia alata, ojo de poeta o susanita de ojos negros cuelga de las parades; susanitas que corren salvajes sobre las rejas de las casas, parques y restaurantes; ojos de poeta que se enredan en el camino. Son resistentes y florecen incluso en lugares deshabitados y en situaciones cercanas a la sequía. Encaja, en apariencia, en cualquier contexto y de alguna forma logran parecer como si siempre hubieran pertenecido aquí. ¿En una calle de un barrio en Antioquia?, seguro. ¿Entre espacios boscosos?, por qué no. ¿En balcones?, sin ningún problema, allí o acá, el color anaranjado predomina sobre el paisaje.
Una especie invasora se caracteriza por su capacidad de acoplarse a distintas condiciones ambientales y que le permite asentarse en un hábitat ocupado. A partir de su llegada, se genera una competencia y se altera el ecosistema propio de plantas nativas. La thunbergia alata ha tenido algunos usos comestibles y medicinales en África y en Latinoamérica, sin embargo, son trepadoras su tallo crece formando espiras, por lo que no tienen que soportar su propio peso. Tienen hojas sencillas, “opuestas, deltoides de 4 a 7 cm de largo y 2 a 6 cm de ancho, con margen irregularmente dentado, ápice agudo, base cordada, pecíolo de 2 - 5 cm de longitud” (Quijano-Abril, 2015, p. 23) Se caracteriza por tener un agarre fuerte, se abren paso hacia arriba o hacia abajo. La cobertura va creciendo y crea un tejido que no deja que nada entre, ni siquiera la luz.
Son especialmente fértiles y en países cercanos a la línea del Ecuador, donde no se presentan inviernos su crecimiento se convierte en un problema. Sus semillas son móviles y se extienden, generando aproximadamente 20 000 semillas por metro cuadrado. Además, cuando se humedecen adquieren una capa viscosa, lo cual le permite adherirse a animales que facilitan su expansión. E incluso con un solo pedazo de tejido puede crecer y empezar a hacer raíces. A medida que se expande va ahogando a la planta sobre la que se empieza a enredar, se impone sobre la especie que cubre y le niega la posibilidad de sobrevivir.
Foto / Primera ilustración registrada de Ojo de poeta (Thunbergia alata) en 1825.
Manuel Uribe Angél escribió en su compendio Geografía general del Estado de Antioquia en Colombia, algunos indicios de la aparición de el ojo de poeta o como era conocida a finales del siglo XIX “la colombiana”. No es seguro cómo, ni cuándo llegó al territorio, pero para el año 1885 la flor ya estaba descrita como parte de la flora de Antioquia en Colombia. La especie fue introducida desde África a Europa y luego a América, principalmente con fines ornamentales en época de la colonia, con la intención de recrear paisajes europeos.
Hoy la flor continúa conservando su atractivo ornamental y sigue haciendo presencia en los espacios del país, especialmente en Antioquia y Caldas. Se ha convertido poco a poco en un símbolo de colonización y representa una ruptura entre un paisaje natural y uno más “civilizado”. No se limita a Colombia, sino que se encuentra presente en México, islas del Caribe y el Pacifico.
Actualmente, es clasificada por el Instituto Von Humboldt como una de las especies invasoras que afectan la fauna y ponen en peligro el ecosistema colombiano. Continúa creciendo, sin peligros e invasores. Asimismo, institutos e investigadores han realizado un trabajo de difusión para evitar su uso ornamental. Además, se implementan diferentes estrategias para erradicar y prevenir su crecimiento en zonas boscosas, donde afecta directamente a especies nativas. El trabajo no es sencillo, pues responde bien a herbicidas y la semilla sobrevive incluso al fuego, la mejor forma de eliminarla es arrancarla de raíz, seguido de una supervisión periódica (aproximadamente un año) del lugar donde estuvo para ir eliminando poco a poco los restos.
Laura Valentina González Pardo
Editorial Assistant
Virtualpro
laura.gonzalez@ingco.co
Referencia:
Quijano-Abril, M. A. (2019). Historia, vida y poderes de una especie invasora: estrategia para su control y manejo. Fondo Editorial Universidad Católica de Oriente.
Disponible aquí

Revista Virtualpro
Publicación virtual académico-científica, indexada a nivel Latinoamérica. Presenta la información de una forma innovadora a través de documentos hipertexto, multimedia e interactivos que complementan el proceso de enseñanza-aprendizaje en diferentes programas académicos relacionados con procesos industriales. Cuenta con un comité editorial y científico internacional ad honorem presente en diferentes países de Latinoamérica.