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imagen./ Freepik
2023-12-18
La chatarra electrónica, otra problemática ambiental por solucionar
La basura electrónica está compuesta por una variedad de dispositivos electrónicos como celulares, ordenadores, televisores, pantallas, electrodomésticos y otros artefactos eléctricos y electrónicos. Estos residuos electrónicos potencian una amenaza ambiental y social, puesto que en ellos se encuentran sustancias como cadmio, plomo, óxido de plomo, antimonio, níquel y mercurio. Estas sustancias pueden llegar a ser nocivas para la salud de los seres humanos, como para la biodiversidad.
Los países que más generan residuos electrónicos son China, Estados Unidos, Japón, India, Corea del Sur, Australia y Europa. En América Latina se resalta la producción de este tipo de desechos en Brasil y México. Los vertederos tecnológicos más grandes del planeta son: el vertedero de Agbogbloshie en Ghana; el basurero de Bantar en Gebang, Bakarta; el vertedero de Dandora en Kenya; el basurero de Ghazipur en India; la chatarrería tecnológica de Bishkek en Kirguistán; el vertedero de Lixao Da Estrutural en Brasil; el vertedero de Mbeubeuss en Senegal; y el basurero de La Chureca en Managua Nicaragua. Sin dejar de lado el basurero tecnológico de Guiyu en China, el cual es conocido como la “ciudad veneno”.
“Podemos decir lo avanzada que es una sociedad por la cantidad de su basura que recicla.” - Dhyani Ywahoo,
Los habitantes en proximidad a estos botaderos de chatarra electrónica están siendo afectados por problemas pulmonares, dermatitis, pérdida de memoria, fallos musculares, lesiones en las células, daños al corazón, ceguera y riesgo a desarrollar cáncer de pulmón. Además corren el peligro de deformación del ADN y cardiopatías. Entre las principales preocupaciones se destaca que los países desarrollados no están tratando los residuos electrónicos que producen y los envían a países en vías de desarrollo de forma descontrolada, a lugares donde no existe la posibilidad de que estos desechos sean gestionados de forma adecuada.
Es necesario decir que existen aún residuos electrónicos de tecnologías pasadas, como tubos de rayos catódicos de televisores, cintas VHS, DVDs, computadoras y televisores viejos, que contienen compuestos tóxicos peligrosos y aún no han sido gestionados correctamente.
Sin embargo, la formalización de procedimientos adecuados para la gestión de estos residuos por medio de plantas de reciclaje formalizadas es una oportunidad económica para miles de personas que dependen de estas labores. La basura electrónica posee un gran valor económico, ya que de ella se pueden obtener materiales como oro, plata, cobre, platino, y paladio. También, se puede extraer hierro, aluminio y varios tipos de plásticos. Según investigaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), existen 100 veces más cantidades de oro en los smartphones que en una tonelada de tierra de una veta minera.
Bajo este panorama, la economía circular de residuos electrónicos es fundamental para abordar esta problemática. Con esta perspectiva se analiza todo el ciclo de vida útil de cada artefacto electrónico, buscando prevenir la generación de cualquier tipo de residuos contaminantes. Desde las fases iniciales del diseño ecológico, se establece que los dispositivos deben ser duraderos y que los residuos o los mismos artefactos están creados con características óptimas para que después de un primer uso puedan ser reparados, modernizados, reutilizados o reciclados.
Así mismo, se requieren políticas internacionales y gubernamentales que reglamenten e incentiven la necesidad de gestionar integralmente los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Tanto los productores, como las entidades e instituciones relacionadas con el manejo de estos desechos deben fomentar la promoción educativa sobre el tratamiento o la devolución adecuada de este tipo de residuos. También, se deben implementar puntos de acopio o centros de recolección.
Si se lograr una óptima economía circular, desde los objetivos de desarrollo sostenible perseguidos por las naciones pertenecientes a la ONU, los desechos electrónicos tendrían que ser tratados con tecnologías de las mismas empresas que los producen, apoyadas con aportes de un costo extra cobrado a los consumidores, contribuyendo así a financiar los procesos de tratamiento y reciclaje de estos desechos.
La problemática se agudiza día a día con la producción y el consumo desmedido de artefactos eléctricos y electrónicos. Por el momento, los más afectados son las comunidades que sobreviven en los basureros de desechos electrónicos. Pero con el paso del tiempo esta contaminación puede llegar a afectar la totalidad de habitantes del planeta. Se estima que cada estadounidense genera 20 kilos de residuos electrónicos anualmente. A nivel mundial es relevante el aumento de la producción de este tipo de desechos, ya que en el año 2000 se generaron cerca de 10 millones de toneladas de desechos eléctricos y electrónicos, para el 2023 está proyectado que el total de residuos llegue a 61,3 millones de toneladas.
No obstante, cada vez son más las organizaciones enfocadas en la reutilización y reparación de productos electrónicos. En Colombia se destacan empresas como Lito, Gaia Vitare, EcoCómputo, RAEE Colombia, Red Verde, Catez, Punto Azul. Las industrias están empezando a implementar modelos sostenibles tanto en la producción de productos, como en la gestión integral de los residuos. Los gobiernos están creando regulaciones orientadas al tratamiento adecuado de los desechos eléctricos y electrónicos desde las premisas de los objetivos de desarrollo sostenible. En la Unión Europea se creó la directiva Restriction of Hazardous Substances (RoHS) con el objetivo de restringir 6 sustancias peligrosas en la fabricación de dispositivos electrónicos.
En Francia, se creó una ley desde la perspectiva de la economía circular, dirigida a atacar el despilfarro, prohibiendo a los productores de dispositivos electrónicos la creación de cualquier sistema o técnica que inhabilite la reparación o el reacondicionamiento de los artefactos. En España, se está promoviendo una etiqueta que divulgue el índice de reparabilidad, en esta se indica el grado de dificultad del artefacto eléctrico o electrónico para ser reparado.
“No malgastes ni la cosa más pequeña creada, porque los granos de arena hacen montañas y los átomos, el infinito”. - Margaret Eloise Knight,
Un dato relevante en estos avances contra la basura electrónica, son la creación de cerca de 5000 medallas de oro, plata y bronce a partir de la gestión de residuos electrónicos, para las premiaciones de los Juegos Olímpicos de Tokio. También, en Europa, la compañía Back Market desde un modelo de negocio orientado a la electrónica reacondicionada, está posicionando la reutilización de dispositivos reparados contra el consumo desmedido de productos nuevos, transformando la mentalidad cultural de los consumidores.
Actualmente, en algunas plantas de tratamiento, los residuos electrónicos se trituran. Posteriormente, por medio de un desarrollo basado en sensores, se clasifican y separan los diversos materiales útiles o valorizables. Otro método empleado es la pretrituración con molinos de martillo o trituradores verticales, posibilitando la recuperación de placas de circuitos, cables y metales. En otras plantas se desmontan de forma manual los artefactos electrónicos.
Es esencial que como consumidores nos concienticemos de la problemática ambiental que hemos creado al usar y desechar millones de artefactos eléctricos y electrónicos. ¿Cómo podemos, entonces, empezar a consumir de manera responsable y sostenible con el planeta? ¿cómo podemos disminuir nuestra huella ecológica? Un planeta económicamente sostenible es posible, si en conjunto gobiernos, organismos internacionales, sectores productivos, la academía y cada habitante del planeta asume un compromiso con la creación de procesos de producción amigables con el medio ambiente y con el establecimiento de un estilo de consumo circular.
Mauro Sastoque Campos
Periodista, escritor y diseñador para la Comunicación Gráfica.
Virtualpro
mauro.sastoque@ingco.co
Referencias
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