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2024-02-26
La idea de libre comercio en un debate interminable
“No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados.” — Adam Smith en La riqueza de las naciones.
En el siglo XVIII, con la publicación de La riqueza de las naciones (1776) por Adam Smith, se fomentó la idea de que la riqueza debe se debe generar a nivel global y no debe estar concentrada en unas pocas naciones. Desde entonces se empiezan a rechazar las posturas proteccionistas que limitan la importación de bienes extranjeros; por el contrario, se le empezó a dar fuerza al concepto de libre comercio internacional, como premisa que aumentaría los mercados y como consecuencia directa las economías de los países.
Se puede decir que esta idea evolucionó desde la década de 1820 con el despegue de la globalización comercial y la integración de un mercado a nivel global. Pero con el surgimiento de la Primera Guerra Mundial y la recesión económica de la década de 1930, los gobiernos empezaron a proteger la producción nacional y resurgieron los aranceles. Finalizada la Segunda Guerra Mundial nació el Acuerdo General Sobre Aranceles GATT, además se crearon el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Tras la caída del muro de Berlín (1989) y la disolución de la Unión Soviética (1991), se empieza a fomentar nuevamente la idea de mercado libre y se les da un impulso a los países latinoamericanos (que venían de una crisis económica de la décadas de 1970 y 1980) para que establecieran aperturas económicas, bajo las premisas de la privatización y el abandono de las posturas proteccionistas.
“En un mundo de libre comercio y democracia, no hay incentivo para la guerra y la conquista. — Ludwig von Mises en El estado omnipotente.
En la actualidad, existen dos posturas ambivalentes sobre la idealización del libre comercio. Por un lado, se dimensiona que gracias a la libertad comercial se ha reducido la pobreza de los países en vía de desarrollo. En contraparte, existen posturas que indican que el libre comercio ha permitido la expansión de las multinacionales y ha perjudicado el sector empresarial de los países pobres, poniéndolos en desventaja comercial.
Según el libro Patada a la escalera (2002) del economista coreano Ha-Joon Chang, los países desarrollados lograron sus grandes economías gracias a políticas intervencionistas y proteccionistas enfocadas en el cuidado de la industria nacional.
Los promotores del libre comercio afirman que genera lazos y codependencia comercial, mientras disminuye los conflictos diplomáticos. Promueve que los países se enfoquen en la producción de sus productos más competitivos y les da la capacidad de importar las materias primas que no poseen o pueden producir, mejorando la calidad de vida de sus habitantes. También sostienen que el libre comercio favorece el crecimiento económico de todos los países, tanto los desarrollados como los en vía de desarrollo, diversifica la oferta y la demanda, evita la corrupción y la burocracia.
Quienes están en contra de la idealización del libre comercio aseguran que este mercado solo favorece a los más poderosos, ya que los grandes productores inundan los mercados locales con sus productos, afectando la producción de los países en vía de desarrollo. También manifiestan que permite acuerdos entre los grandes competidores para imponer precios, reglamentar los derechos de los trabajadores y concentrar la riqueza.
Para que exista un verdadero libre comercio no tienen que existir aranceles, prohibiciones o restricciones en la importación o exportación de productos. Los estados no deben proteger, incentivar o subsidiar sus sectores productivos. Se deben suprimir las políticas de control de precios y los monopolios u oligopolios por parte de las empresas. Se debe defender categóricamente la propiedad privada y es necesario flexibilizar la contratación y el despido laboral. Sin embargo, esto no se cumple porque las principales potencias económicas como Estados Unidos o países de la Unión Europea y China mantienen políticas de proteccionismo y existen monopolios empresariales. En los últimos tres años la riqueza de los cinco hombres más ricos del mundo pasó de 405 000 millones de dólares a 869 000 millones. Esto hace que exista una competencia desigual entre los países industrializados y los que están en vía de desarrollo.
“La pobreza no la crea la gente pobre. Ésta es producto del sistema que hemos creado, por ende hay que cambiar los modelos y conceptos rígidos de nuestra sociedad.”— Muhammad Yunus.
Es así como el libre comercio sigue siendo un objeto de estudio con respecto a sus consecuencias positivas o negativas. En la actualidad existen un grupo variado de posturas divergentes con respecto a su aplicación, a sus ventajas y a sus desventajas. Entre los especialistas más relevantes a favor del libre comercio se encuentran el estadounidense Premio Nobel en economía Paul Krugman; el economista español Daniel Lacalle; el economista, profesor y consejero del Fondo Monetario Internacional Maurice Moses, y el economista, profesor, escritor y conferencista español Juan Ramón Rallo. En contraparte, algunos expertos que critican este ideal son el economista, profesor y bloguero greco-australiano Yanis Varoufakis; el estadounidense Premio Nobel de economía Joseph Stiglitz; el economista, empresario y premio Nobel Paul Romer, y el economista frances Thomas Pikkety.
Se destaca que no existe una fórmula óptima que garantice el éxito económico por medio del proteccionismo y los tratados de libre comercio. En latinoamérica los países con mayores medidas proteccionistas son Argentina, Brasil, México y Colombia y todos hacen parte del top cinco de las mejores economías latinoamericanas. Sin embargo, Chile que se posiciona como la cuarta mejor economía de la región, tan sólo mantiene 24 medidas proteccionistas para sus sectores productivos.
Es necesario que los países en vía de desarrollo mantengan el proteccionismo de las empresas nacionales, orientando la inversión hacia las empresas estratégicas, sin dejar de lado los pactos y las alianzas comerciales internacionales. Las potencias económicas y las emergentes como las del oriente asiático y las del BRICS protegieron sus empresas nacionales para fortalecer sus economías y luego se abrieron al mercado libre.
Así mismo, se debe incentivar e invertir en educación para crear profesionales capacitados que lideren las nuevas industrias. De igual forma, es indispensable que se construyan puertos, aeropuertos, vías y trenes; es decir, la infraestructura necesaria para que los productos sean transportados y puedan ser exportados con facilidad. Finalmente, pero no menos importante, los países latinoamericanos y africanos que quieren ser partícipes del comercio mundial, deben generar una seguridad comercial, política y social para que los inversionistas extranjeros se interesen e inviertan en sus países. Proteger tanto la empresa estatal, como la privada y suprimir el clientelismo político y la corrupción de tajo.
Mauro Sastoque Campos
Periodista, escritor y diseñador para la Comunicación Gráfica.
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Referencias
- Bidaurratzaga, E. (s. f.). Consenso de Washington. OMAL.
Disponible aquí - Cabrera-Melgar, O. (16 de febrero de 2024). El poder de los monopolios en la economía. Confidencial.
Disponible aquí - Concepto. (s. f.). Libre comercio.
Disponible aquí - El Tiempo. (24 de enero de 2016). Análisis / Patada a la escalera.
Disponible aquí - Ha-Joon C. (2022). Patada a la escalera: La estrategia de desarrollo en perspectiva histórica. Anthem Press.
Disponible aquí - Ramos-Palencia F. (31 de octubre de 2022). El papel del libre comercio a lo largo de la historia: integración, globalización y crecimiento económico. Global Hisco.
Disponible aquí - Smith, A. (1776). La riqueza de las naciones. Editorial Verbum.
- Von Mises, L. (2002). Gobierno Omnipotente. Union Editorial.
- Viciedo, V. (9 de noviembre de 2024). Libre mercado vs Libre comercio. Análisis de un TIMO. Club de opinión y de estudios históricos Jaime I.
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