En la industria petrolera se inicia la explotación con la técnica de recuperación primaria, al descubrirse el yacimiento, explica el profesor Sergio Hernando Lopera Castro, de la Facultad de Minas y responsable del Grupo de Petróleos de la U.N. Sede Medellín.

El pozo se perfora y el hidrocarburo líquido se extrae utilizando la presión con la que están confinados los fluidos en la profundidad, para que lleguen a la superficie.

Después de un tiempo esa fuerza se acaba o no es suficiente y se recurre a técnicas de recuperación secundaria: se inyectan los mismos fluidos, que se están produciendo pero que no tienen valor comercial, como el agua y el gas. Con esta técnica el yacimiento toma nuevamente energía.

“En la fase terciaria –que es cuando nosotros intervenimos– al fluido que se está inyectando se le trata de mejorar propiedades, de manera que logre traer más crudo alojado en la roca”, explica Oveimar Santamaría Torres, candidato a doctor en Ingeniería e investigador del proyecto.

La tensión interfacial se reduce, es decir que el agua y el crudo se mezclan; además se utilizan polímeros para que el agua sea más viscosa. El doctorando Santamaría comenta que con otros grupos de investigación de la Universidad se aplica nanotecnología a este procedimiento para que se potencialice y mejore el fluido.

“Por asuntos de dinámica de la industria, y que esta lo demanda, nos hemos enfocado en el recobro de crudo en el proyecto apoyado por Colciencias”, agrega el responsable del Grupo de Petróleos.

Durante dos años y medio se ha adelantado la investigación en la que se estudia la interacción entre el fluido y la roca, cómo se comporta el flujo de fluidos en la roca y cómo se hace una modelación de ese comportamiento, es decir hacer unos softwares que permitan cuantificar esos impactos.

Las pruebas del proyecto se realizaron en el Magdalena Medio, aunque cabe anotar que históricamente en el país existen cuatro regiones productoras de petróleo: valle alto, medio y bajo del Magdalena, los Llanos, Catatumbo y Putumayo. “Hay una quinta zona que está en proceso de desarrollo, es la de Mar Afuera, en Riohacha”, complementa el profesor Lopera.

Dependencia de hidrocarburos

La industria petrolera tiene tres fases: la exploración, que es cuando se busca dónde hay acumulación de petróleo; la producción, que se da cuando se encuentra, se perfora y se explota; el transporte y la refinación.

“Todo ese proceso tiene implicaciones que afectan el medioambiente. El cambio climático, por ejemplo, se lo atribuimos al aumento de la temperatura por la liberación de carbono que se da en la explotación de hidrocarburos”, expresa el profesor de la Facultad de Minas, enfatizando en que se debe construir una estrategia de explotación con tecnología más limpia.

En términos de fuentes energéticas, no usar petróleo implica una transición a energías como las renovables o alternativas, es decir las que se pueden obtener de la tierra, del sol, del viento, o de las caídas de agua, pero todas tienen una consecuencia de impacto ambiental.

Aunque el proyecto aún no finaliza, el doctorando Santamaría asegura que mejorar los recursos o las reservas impacta directamente en el hecho de buscar una sostenibilidad energética, y que, como ingeniero, su trabajo está dirigido a enfocar su capacidad investigativa en mantener ese recurso.