Los corales enfrentan una serie de amenazas, incluyendo el aumento de la temperatura de la superficie del mar y la acidificación del océano. Algunos argumentan ahora que mantener los corales ex situ (en acuarios) puede ser no solo importante, sino necesario para prevenir la extinción local, por ejemplo, en el Tracto de Arrecifes de Florida. Tales colecciones ya se están volviendo comunes, especialmente en el Caribe, y pueden actuar como un arca, preservando y cultivando especies raras o en peligro de extinción en los próximos años. Sin embargo, los corales alojados en acuarios enfrentan su propio conjunto único de amenazas. Por ejemplo, los aficionados (que han alojado corales durante décadas) han notado que la mortalidad estacional es común, siguiendo incidentemente meses de producción máxima de polen. Entonces, ¿podrían los corales sufrir de fiebre del heno? Si es así, ¿qué depara el futuro? En resumen, la respuesta a la primera pregunta es simple, y es no, los corales no pueden sufrir de fiebre del heno, principalmente porque los corales carecen de un sistema inmunológico adaptativo, que es necesario para el diagnóstico de tal alergia. Sin embargo, la amenaza del polen podría seguir siendo real. En esta revisión, exploramos cómo podría desarrollarse tal mortalidad estacional. Exploramos los aumentos en especies reactivas de oxígeno, el papel de nutrientes adicionales y cómo el microbioma del polen puede introducir enfermedades o causar disbiosis en el holobionte.