Aunque el consumo de leche está aumentando en todo el mundo, en algunas regiones geográficas, su consumo ha disminuido persistentemente en las últimas décadas. Este hecho, junto con el aumento de los precios de producción de la leche, ha provocado que tanto los productores de leche como la industria láctea se vean inmersos en una gran crisis. Algunas posibles soluciones a este problema son lograr que las personas que actualmente no consumen leche vuelvan a beberla, o comercializar leche y productos lácteos con un mayor valor agregado. En este contexto, un tipo de leche llamado A2 ha recibido recientemente la atención de la industria. Este tipo de leche, caracterizado por una diferencia en un aminoácido en la posición 67 de la cadena de polipéptidos de beta-caseína, libera cantidades mucho más pequeñas del péptido bioactivo de opiáceos beta-casomorfina 7 durante la digestión, lo que se ha relacionado con efectos perjudiciales para la salud humana. Además, a la leche A2 se le han atribuido peores propiedades tecnológicas en la producción de algunos productos lácteos. Por lo tanto, existen dudas sobre la conveniencia para la industria láctea de apostar por este producto. El objetivo de esta revisión es proporcionar una actualización sobre los efectos en la salud humana de la leche A2, así como sus diferentes propiedades tecnológicas para producir productos lácteos.