Las grandes zonas urbanas son vulnerables a múltiples peligros geológicos y actividades antropogénicas que afectan a la estabilidad del suelo. La cuenca de Santiago y sus alrededores son propensos a terremotos de corteza poco profunda, deslizamiento de tierra y efectos antropogénicos como la explotación del recurso hídrico y la modificación del suelo. En este estudio se registran las deformaciones del suelo utilizando un radar de apertura sintética interferométrico diferencial multitemporal (DInSAR) que obtiene tasas de movimiento de suelo de alta resolución. Las zonas con altas tasas de subsidencia se concentran en sectores con una cubierta sedimentaria fina y un nivel freático poco profundo, así como en zonas de cultivo con exceso de extracción de agua. Los resultados destacan la importancia del control mecánico de las características sedimentarias de la cuenta y el impacto de los procesos antropogénicos en la estabilidad del terreno, además son esenciales para contribuir al desarrollo de infraestructuras y la gestión del riesgo en zonas pobladas