Las especies introducidas son un factor principal en la pérdida de biodiversidad, con impactos significativos en el medio ambiente y efectos en la economía y el bienestar humano. Los moluscos acuáticos desempeñan un papel vital en los ecosistemas al influir en las cadenas alimenticias y el ciclo de nutrientes. También tienen importancia económica: positivamente, a través de la acuicultura, y negativamente, como contribuyentes a la macroincrustación. Desde 2016, un equipo de 29 expertos de siete países sudamericanos ha colaborado para estudiar y gestionar las especies introducidas. Su investigación ha identificado 41 especies de moluscos acuáticos no nativos y 18 especies de moluscos acuáticos trasplantados, contribuyendo a una comprensión más profunda de las bioinvasiones de moluscos en América del Sur.