Esta revisión sintetiza el conocimiento actual sobre las adaptaciones defensivas de los Carabidae, una familia de escarabajos taxonómicamente y ecológicamente diversa. Se hace hincapié en las estrategias estructurales, conductuales y químicas empleadas para mitigar la depredación y las amenazas microbianas. Se presta especial atención a las defensas químicas mediadas por secreciones exocrinas, que constituyen un componente central de sus mecanismos antipredador. El análisis integra hallazgos de estudios experimentales, observaciones de campo, conjuntos de datos y revisiones comparativas que abarcan las últimas cinco décadas, con el objetivo de elucidar la importancia evolutiva y la función ecológica de sus mecanismos en la promoción de su supervivencia y su aptitud en hábitats naturales. Entre las diversas estrategias identificadas se encuentran el comportamiento gregario, la estridulación, la regurgitación y el uso de sustancias químicas de glándulas especializadas. Los escarabajos carábidos emplean tanto sistemas de defensa pasivos como activos: las defensas pasivas dependen de toxinas endógenas almacenadas en los tejidos corporales, mientras que los mecanismos activos implican el despliegue de secreciones o respuestas agresivas cuando se sienten amenazados. Las defensas químicas son particularmente significativas, ya que no solo disuaden a los depredadores, sino que también proporcionan protección contra patógenos como bacterias y hongos.